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El retraso en la floración y la sequía amenazan la cosecha de almendras

El sector teme que la producción en la provincia se sitúe en alrededor de un millón y medio de kilos

La floración de los almendros ha llegado este año con retraso JUANI RUZ

El retraso en la floración y, sobre todo, la ya prolongada sequía, pueden terminar pasando factura a la cosecha de almendras en la provincia. De mantenerse esta falta de lluvias, el sector teme que la producción pueda situarse alrededor de 1,5 millones de kilos, lo que supondría un descenso del 25% en relación al potencial de los campos de cultivo. La temporada, en cualquier caso, todavía se encuentra en una fase muy incipiente, con lo que los resultados finales son todavía inciertos.

Los almendros de la provincia han empezado a florecer, y lo están haciendo con retraso respecto a la época que resultaría conveniente. Según la información facilitada a este diario por responsables de La Trencadora, cooperativa dedicada a este cultivo en Castalla, el retraso, cifrado en alrededor de 15 días, es más evidente en la zona de la Foia y el Vinalopó. En l'Alcoià y El Comtat, sin embargo, está más avanzada, y en consonancia con la época actual del año.

A la hora de establecer las causas del retraso, desde el sector se apunta tanto a la falta de lluvias como también a las temperaturas de este invierno, más altas de lo habitual. En el caso de l'Alcoià y El Comtat los termómetros sí que se han movido en niveles más bajos, lo que explicaría esa diferencia en la floración.

Con todo, la principal preocupación de los agricultores y cooperativistas reside en la sequía, dado que es lo que puede tener una mayor incidencia en la cosecha final.

Las fuentes consultadas por este diario han apuntado que los árboles están empezando a sufrir las consecuencias, y que de no mejorar la situación en los próximos meses, sobre todo con la llegada de la primavera, la producción podría sufrir una caída más que sensible.

El potencial productivo de las comarcas antes citadas se sitúa alrededor de los dos millones de kilos, con lo que de prolongarse la ausencia de lluvias la cosecha podría caer hasta el millón y medio, lo que supondría un descenso del 25%.

En cualquier caso, la temporada de la almendra todavía se encuentra en una fase muy incipiente, teniendo en cuenta que la recolección se lleva a cabo, dependiendo de la variedad, entre finales de agosto y septiembre.

A lo largo de todo este tiempo todavía pueden producirse muchos cambios, desde la llegada de las lluvias a una bajada drástica de las temperaturas, que de registrarse en la época de floración, tendría incidencias nefastas para el cultivo.

Con todo, desde el sector se confía en que la meteorología se comporte de manera favorable, y que las precipitaciones hagan acto de aparición para recuperar los árboles y que la cosecha se mueva dentro de los baremos normales.

Cabe reseñar, en lo que respecta al año pasado, que la cosecha experimentó un descenso del 14% debido a las heladas que se registraron durante la estación invernal.

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