Todo el mundo está en campaña para defender el «futuro industrial de Alcoy», en referencia al proyecto de La Española, pero la preocupación por la realidad de las fábricas es más reducida. Este clima se detecta de forma palpable en los accesos al área industrial de Sembenet y Santiago Payá -esta última, la más moderna de la ciudad-, limitados a dos entradas y salidas con un único carril y con semáforo de paso alternativo en ambos casos.

El Ayuntamiento, como se ha venido informando, pidió a la Conselleria de Infraestructuras que financiara la reparación del puente de acceso desde La Beniata, utilizando para ello el millón de euros que sobró de la adjudicación del que unirá el Viaducto y la Zona Norte, pero la administración autonómica ha desechado la propuesta. «Nos dice que no es posible destinar dinero de una obra a otra, cuando en realidad ya lo había autorizado para la construcción del vial provisional», explica el alcalde Antonio Francés.

Infraestructuras ha declinado aportar presupuesto para esta iniciativa, pero el Ayuntamiento quiere acometerla con la máxima celeridad posible porque «las condiciones actuales no son aceptables», indicó Francés. Por ello, el alcalde ha anunciado que el consistorio está preparando el proyecto de reparación y consolidación del puente, con el que espera contar a corto plazo.

A partir de ahí, «nuestra intención es de que la obra se ejecute con rapidez, para lo cual intentaremos conseguir alguna subvención de la Diputación, pero si no es posible, lo haremos con fondos propios», manifestó.

El nuevo polígono Santiago Payá incluyó la construcción de un vial desde La Beniata, a través de una rotonda que distribuye el tráfico también hacia la planta de basuras y el área industrial tradicional. Este vial se sumaba al del Camí de la Murtera, desde la calle Oliver, que era de un carril con paso alternativo mediante un semáforo desde que se habilitó una acera.

El vial por la ladera de La Beniata registró problemas desde el primer día, hasta que hace ocho años -en una obra impulsada por el gobierno del PP de Jorge Sedano- los técnicos de Infraestructuras optaron por la construcción de un puente como solución «definitiva». En realidad, las previsiones fallaron, porque el 12 de abril de 2012 la Policía Local tuvo que cerrarlo al tráfico, tras constatar los técnicos municipales que los anclajes del puente se habían roto por el movimiento de la ladera.

Así comenzaba un calvario para los usuarios de estas zonas industriales, que todavía perdura. Durante un año, todo el tráfico se limitó a un carril con paso alternativo, hasta que a finales de abril de 2013 se pudo reabrir el vial provisional: había costado un año conseguir 200.000 euros y ejecutar el proyecto, por el que los empresarios, y muy especialmente la Cámara de Comercio e Industria, habían luchado denodadamente.

Los estudios técnicos, han resultado muy complicados, como ha venido informando el concejal de Urbanismo Natxo Gómez, pero al final se ha podido constatar que el puente era reparable, lo que supondría la solución más sencilla y menos costosa. Ahora se trata de ejecutarla, con el fin de que los accesos a la zona industrial puedan efectuarse de una forma más confortable.