La utilización de la carretera entre L'Orxa y Vilallonga sigue bajo mínimos, debido a la falta de accesos en condiciones. Para llegar al trazado que discurre por el Pla de la Llacuna hay que circular por dos pistas forestales repletas de curvas y baches, lo que además de disuadir a los conductores de turismos, impide el tránsito de camiones y autobuses.

Este diario ha podido constatar el ínfimo uso del vial, hasta el punto que en toda una hora de una mañana de lunes sólo pasó un vehículo por la zona. Según destacaba el alcalde de L'Orxa, Guillermo Moratal, «el problema es que para llegar a Gandia, que sólo son 22 kilómetros, se invierten 50 minutos. Y es que no se puede circular más rápido por culpa de los accesos».

Los ayuntamientos han venido reivindicando la construcción de los nuevos accesos, pero hasta la fecha sólo se han llevado a cabo unas mejoras del todo insuficienes en la pista que arranca de L'Orxa.