Las campanas se han convertido en objetos de deseo. A la desaparición de la de la ermita de Sant Antoni, perpetrada recientemente, hay que añadir la de Barxell, cuyo pequeño templo se quedó hace unos meses sin campana, según ha trascendido ahora. Las investigaciones efectuadas por la Comisaría de Alcoy apuntan a que el avisador acústico fue fundido pocos días después para aprovechar el bronce que lo integraba.

Si a principios de año trascendía el robo de la campana de Sant Antoni, que también se sospecha habrá sido fundida, ahora se ha sabido que la de la ermita de Barxell fue sustraída hace unos meses. la denuncia presentada por los propietarios -los titulares del Mas de l'Ermita- condujo a la apertura de una investigación policial.

La campana era de pequeño tamaño y se desconoce la fecha precisa en que se produjo el desvalijamiento. Hay que significar que este recinto está situado en la zona de la Font dels Patos y que sus orígenes precisos se desconocen. Surgió como capilla de la masía en una fecha posterior a 1790 -ya que no figura en la lista de ermitas de la provincia efectuada ese año-, pero se cree que la mención de 1897 que figura en la fachada no se corresponde con su creación sino con una reconstrucción. Depende de la parroquia de Batoy y está en perfecto estado de conservación.

Mientras la Policía trata de identificar a los ladrones de campanas, pese a que en el caso de Sant Antoni la denuncia todavía no ha sido formalizada, están proliferando los robos de ornamentos metálicos en puertas de edificios. De hecho, la Comisaría ha registrado cuatro denuncias desde que comenzó el año, todas las cuales están siendo investigadas.

Los hurtos están afectando a materiales de bronce, especialmente, y tampoco han dejado de lado edificios públicos, como el letrero del polideportivo Francisco Laporta o el nombre de Cervantes en su estatua.