Los bomberos de Alcoy han cumplido 150 años de su fundación, desde que en el año 1861 el Ayuntamiento apoyara la creación de un cuerpo de voluntarios con la única misión de apagar los fuegos de la ciudad.

Los actuales bomberos tienen su origen en una pequeña brigada de zapadores-bomberos formada por dieciséis albañiles y carpinteros, todos ellos de carácter voluntario.

A la hora de constituirse, el cuerpo de bomberos se encontró con gran cantidad de impedimentos, así como dificultades para conseguir los materiales necesarios. El inconveniente más importante fue la imposibilidad de conseguir una bomba para el agua y después de visitar la ciudad de Valencia y posteriormente Madrid, tuvieron que desplazarse hasta Barcelona para conseguir la primera bomba contra incendios de su historia.

La brigada se disolvió 18 meses después de su formación y durante ocho años, entre 1880 y 1888 los encargados de apagar los incendios fueron los cuerpos de seguridad ayudados por funcionarios municipales.

El Ayuntamiento, incapaz de sostener el coste del servicio, solo pudo subvencionar una parte de los costes y fue La Unión Alcoyana la que se hizo cargo de proporcionar el apoyo económico al servicio contra incendios.

Los bomberos, después de ocho años fuera de servicio, volvieron a atender todos los incendios, independientemente de que fueran asegurados de la compañía que los financiaba.

La forma de alertar a los bomberos era el sonido de las campanas de la Parroquia de Santa María y San Mauro hasta el año 1937, cuando se colocó una sirena en la azotea del Ayuntamiento que alertaba de los incendios.

El cuerpo de apagafuegos alcoyanos siguió con su labor, incluso durante los años de la guerra, donde colaboraron en todo tipo de labores y ayudaron con su presencia en los bombardeos sufridos por Alcoy en septiembre del 38 y febrero del 39.

Tanto el equipamiento de los miembros del equipo como los vehículos que se utilizaban eran incomparables con la tecnología que tiene el actual parque de bomberos.

Fue en 1962 cuando el Ayuntamiento de Alcoy adquirió el primer vehículo autobomba, un Land-Rover capaz de mover una bomba con un depósito de 400 litros de agua para extinguir los incendios y llevar a cabo labores de salvamento.

Pioneros en la provincia, además de sofocar los fuegos de la ciudad, también salían por toda la comarca, como sucedió en el trágico incendio de Ibi cuando explotó una fábrica de pirotecnia destinada a los juguetes.

En una de esas salidas llegó uno de los días más tristes de siglo y medio de actuaciones, cuando el 9 de abril de 1977 el bombero alcoyano Adolfo Soriano falleció en acto de servicio al intentar sofocar un incendio en una fábrica de calzado de Biar.

Además de apagar incendios los miembros del grupo colaboraban en distintos rescates así como en inundaciones como el caso de Benidorm en el año 1971 con las catastróficas lluvias del mes de octubre.

El 8 de junio de 1982 terminó la historia de los bomberos municipales cuando entró en vigor el proyecto de bomberos gestionado por la provincia de Alicante.

Ese día empezó una nueva andadura del servicio, gestionada desde Alicante, y que ha seguido hasta la actualidad.

Con esta medida los bomberos pasaron a ser funcionarios del consorcio alicantino de bomberos y dejaron de depender de Alcoy como había sido habitual durante casi 120 años.

Sin embargo, en el último emplazamiento del servicio situado en la carretera comarcal entre Alcoy y Cocentaina el jefe de bomberos, Antonio Córdoba, explicó que la historia que hay detrás de este colectivo es "una motivación más para mantener la filosofía".

Un servicio sin emplazamiento fijo

A lo largo de su historia el servicio de bomberos cambió hasta en 6 ocasiones su ubicación hasta llegar al lugar actual. El primer emplazamiento fueron los arcos de la plaza del Mercado, contiguos a la casa consistorial, exactamente en la sexta puerta, aunque no sería definitivo debido a la imposibilidad de almacenar todo el material, por lo que se trasladaron a unos grandes locales en la calle de la Cordeta. El Ayuntamiento firmó un convenio y estipuló que debía situarse en una zona céntrica por lo que los traslados llevaron el servicio hasta la Travesía del Viaducto. Las mudanzas continuaron y en 1957 el traslado tendría como destino el número trece del Paseo Calvo Sotelo, penúltimo lugar donde se establecieron los bomberos. El último y definitivo emplazamiento ha sido el parque intercomarcal de la Montaña ubicado en la carretera nacional 340 dentro del término municipal de Cocentaina, que se ha convertido en el centro de operaciones desde donde se gestionan todos los recursos de la zona y que será el lugar definitivo durante mucho tiempo de un servicio con mucha historia.