Cinco autobuses sufrieron actos vandálicos en lo que se configuró como un claro boicot al cumplimiento de los servicios mínimos decretados por el Consell para la huelga. Tras la retirada de los contenedores que habían quedado volcados a las puertas del garaje, los cinco vehículos que salieron a la calle tuvieron que regresar casi de inmediato tras registrar pinchazos en las ruedas y roturas de cristales. Uno de los autobuses también sufrió la rotura del cárter.