El ya exconcejal lo tuvo ayer muy claro, al echar las culpas de todo lo sucedido a su expareja, "porque busca dinero", y a su antigua compañera Felicidad Peñalver, "por venganza personal". A ambas las acusó de "denuncias falsas y presuntas calumnias", en lo que suponía un énfasis a las relaciones personales que están marcando los procesos judiciales en torno al Ayuntamiento de Ibi.

"Es una conjura de Felicidad Peñalver y mi expareja", escribió Miguel Ángel Agüera en su comunicado. De hecho, en un escrito entregado al juzgado el pasado 2 de mayo, Peñalver señalaba el "inexplicable" tren de vida del edil, con 2.800 euros de ingresos netos al mes y unos gastos fijos de 3.100.

Precisamente, con Peñalver se desató la caja de los truenos, cuando a finales de 2008 fue expulsada del gobierno del PP -era la concejal de Hacienda- al denunciar irregularidades contables en el consistorio de Mayte Parra. Peñalver siguió con ello e incluso representa como letrada al gerente del polideportivo, Antonio López, en un proceso que acabó con la imputación de la edil de Deportes, Ana Sarabia, que tuvo que dimitir tras haber sido defendida y ensalzada por la alcaldesa. Ahora, Sarabia es la secretaria municipal del CDL, grupo que tiene un concejal, que es el que está permitiendo que el PP gobierne en minoría, mientras la exedil está imputada por malversación de caudales públicos y prevaricación continuada.

Los problemas no terminaron aquí, porque en diciembre de 2010 el concejal de hacienda José Antonio Onsurbe tuvo que dimitir tras ser denunciado por el presunto cobro de comisiones a cambio de contratas municipales, un proceso por el que está hoy imputado. La alcaldesa también tuvo problemas con otro concejal, Rafael Pastor, pero en este caso no acabó en los tribunales.

A finales del año pasado, Agüera presentó una denuncia contra el gerente del polideportivo por el desvío de fondos públicos a cuentas en el extranjero, una cantidad que podría ascender a 150.000 euros. Por ello, el pasado 24 de abril fue detenido en base a una acusación de malversación de caudales públicos, falsedad documental y blanqueo de capitales, quedando en libertad horas más tarde.

Pocos días después, la abogada del gerente, Felicidad Peñalver, pedía a los juzgados de Ibi que abrieran una investigación sobre la existencia de cuentas bancarias en Suiza, propiedad de Mayte Parra y Agüera, y por importes de 1,3 y 1,2 millones de euros, una cantidad que podría haber ingresado una constructora. Los interesados negaron rotundamente esta acusación y, acto seguido, denunciaron a su vez en el juzgado a Peñalver por calumnias. El último episodio se vivía el pasado fin de semana, cuando Agüera negaba rotundamente que estuviese siendo objeto de una investigación policial, el mismo día en que presentaba la dimisión que fue hecha efectiva en la mañana de ayer.

Las relaciones personales, pues, están marcando la actualidad sobre todo judicial en el Ayuntamiento de Ibi. Felicidad Peñalver fue colaboradora directa de Mayte Parra durante muchos años, mientras que ahora la alcaldesa la acusa asiduamente de ser la "mano negra que está detrás de todos los males que aquejan a Ibi". En el caso de Agüera, además, se agrega el conflicto con su expareja, como se aprecia en la documentación aportada al juzgado, citándose una demanda por una pensión alimenticia en la que se acreditaban fotografías de una colección de relojes adquirida por 40.000 euros en 2007, junto con obras de arte. Todo esto fueron "falsedades y calumnias" para Agüera que, siempre, ha negado cualquier actuación irregular.