El borrador del Plan de Civismo de Alcoy, que ayer tarde fue presentado públicamente, nace a consecuencia de que "cada vez son más insistentes las quejas que los ciudadanos formulan sobre la situación de la ciudad, muchas de las cuales son debidas a comportamientos incorrectos de un sector de los ciudadanos, a aquello que podemos considerar actos incívicos que no solamente perjudican el erario público, porque son objetos que se han de reparar, sino que, sobre todo, son molestos y contribuyen a rebajar la calidad urbana y a dificultar la convivencia", según recoge el preámbulo elaborado por el equipo de Paco Blay, concejal de Espacios Comunes.

Por eso, el gobierno de Alcoy ha planteado este documento de trabajo, "con el fin de cambiar el chip del ciudadano, para que sienta que la calle es como su casa, y que entre todos hemos de mimarla", subraya el edil Blay.

De esta forma, se pretende revertir la situación actual, marcada por el mobiliario urbano destrozado, tanto juegos infantiles como farolas o papeleras; los espacios públicos sucios, por bolsas de patatas fritas y chicles, colillas de cigarrillos y pipas; excrementos de perros sin recogerse en diferentes lugares, sobre todo aceras y parques infantiles; aparcamientos de coches encima de la acera o que tapan las rampas para las personas con diversidad funcional; ruidos excesivos a horas inadecuadas, de las motos, de la música a alto volumen de vehículos o de las propias casas; basuras resultantes de las fiestas y concentraciones humanas, que se entiende se podrían reducir con un poco de cuidado; la utilización de los espacios públicos de forma exclusiva y excluyente, a través de bicicletas en los parques y las aceras, o los botellones de jóvenes o mayores; la presencia "incómoda" de pintadas y carteles en las paredes; y, entre otros, la utilización incorrecta de contenedores de basura, a través de horarios inadecuados, objetos en contenedores que no corresponde o separación insuficiente de los residuos.

"Es un punto de partida -explica Blay-, un documento de trabajo", a partir del cual se quiere conseguir "una mayor responsabilización de todos los ciudadanos implicados en la utilización correcta de los diferentes espacios comunes y los servicios coletivos". Para ello, se pretende establecer un modelo de civismo "no autoritario", a través de la colaboración de "los diferentes agentes sociales, como los jóvenes, las familias, las escuelas y los colectivos vecinales y empresariales, entre otros".

La intencion del gobierno municipal de Alcoy va dirigida a "confeccionar unas ordenanzas municipales de civismo, reguladoras de la vida en los espacios de convivencia" y con el objetivo último de que "la gente haga en la calle lo que hace en su casa". Como retos, se esboza la implicación de la ciudadanía hacia un civismo activo, el respeto de los espacios comunes, la mejora de la convivencia y las relaciones ciduadanas, la bidireccionalidad entre la administración local y la ciudadanía y la reducción de los actos incívicos, sean premeditados o no.

El documento contempla la creación de un consejo local de civismo, así como la instauración de unas ordenanzas y, a largo plazo, la creación de la figura del defensor del ciudadano local.