El Ayuntamiento de Alcoy ha encargado a la empresa Sondeos, Estructuras y Geotécnia (SEG) las pruebas de carga que deben determinar si el proyecto para legaliar la Rosaleda puede poner en peligro la estructura del aparcamiento subterráneo. Lo curioso del caso es que los trabajos se llevarán a cabo mediante la instalación de una especie de piscinas portátiles, a las que se les irá incorporando el agua de forma progresiva para evitar que el peso provoque hundimientos en la plaza.

Tal y como ha venido informando este diario, una sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) obliga a que el 50% de la superficie de la Rosaleda cuente con una capa de tierra para ajardinamiento de 80 centímetros de espesor, exigencia ésta que se entiende imprescindible para que la plaza cumpla las directrices del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

En cambio, sendos informes de la empresa responsable del parking subterráneo, Ortiz y Auplasa, así como del arquitecto responsable del proyecto aprobado, advierten de que el forjado no podrá soportar esta capa de tierra, que supondría un peso de entre 1.700 y 2.000 kilos por metro cuadrado.

Así las cosas, el Ayuntamiento se ha visto obligado a encargar unas pruebas de carga, con el objetivo de concretar si el peso será soportable o si, por el contrario, se tendrá que proceder a reforzar la estructura del aparcamiento.

El Ayuntamiento estuvo negociando la realización de los trabajos con una empresa que se comprometió a realizar las pruebas sin poner en peligro la integridad del parking. Sin embargo, cuando se estaba a punto de formalizar la contratación, se conoció que dicha firma había entrado en suspensión de pagos.

Esta circunstancia obligó al Ayuntamiento a reiniciar el proceso y, según la información facilitada por el concejal de Urbanismo, Natxo Gómez, finalmente se ha llegado a un acuerdo con Sondeos, Estructuras y Geotécnia (SEG), que será la que finalmente lleve a cabo las pruebas.

Para ejecutar el encargo, los técnicos de la empresa tienen previsto instalar en la plaza una especie de piscinas portátiles, a las que se les irá incorporando el agua de forma paulatina. Según Gómez, "el objetivo es ir incrementando poco a poco el peso para ver si hay riesgo de que el suelo ceda". De esta forma se pretende evitar el riesgo de hundimiento por exceso de kilos.

El edil de Urbanismo, asimismo, destacó que los trabajos se ejecutarán al final p0r poco más de 6.000 euros, una cantidad que supone prácticamente la mitad de lo que estaba previsto en un primer momento.

Las pruebas se llevarán a cabo este mismo mes, para saber a qué atenerse. El coste de los trabajos saldrá de los 800.000 euros en que está valorado el proyecto de reforma de la plaza. Lo grave sería que los resultados pusieran en evidencia la necesidad de reforzar el forjado del aparcamiento, circunstancia ésta que dispararía los costes de la remodelación.

Hay que recordar que el proyecto del aparcamiento subterráneo, ejecutado por el anterior gobierno municipal del PP, fue denunciado en los tribunales por el grupo ecologista La Carrasca por no cumplir con la normativa de zonas verdes. Tras sucesivos recursos, el TSJ terminó por dar la razón a los ecologistas y exigir la reforma de la plaza.