La promotora del proyecto Castalla Internacional ha entrado en concurso de acreedores antes de concluir la segunda fase del proyecto. Un total de 350 viviendas se han quedado sin terminar y, tal y como ha comunicado el propio Ayuntamiento de Castalla, los trabajos que se requieren para completar la urbanización "están valorados en 2,8 millones de euros".

A principios de agosto de1997 el pleno municipal de Castalla, con Juan Rico al frente de la Alcaldía, daba luz verde al proyecto de construcción de una macro-urbanización de 350 chalets. La promotora Marsadi fue quién se encargó desde el primer momento tanto de las gestiones como de la construcción de la urbanización, llegando a iniciar una segunda fase urbanística tras finalizar la primera.

Castalla Internacional, cabe recordar, está ubicada a tan sólo cinco kilómetros del casco urbano, concretamente en el paraje conocido como Los Campellos, y contó con el apoyo de gobierno que encabezó Rico desde el primer momento. El exalcalde valoró positivamente la iniciativa al considerar, según declaró a este medio, que "podría potenciar el turismo interior" e incluso con el tiempo, aseveró, "convertirse en una fuente de riqueza alternativa para el municipio".

Tras la aprobación del proyecto, el grupo socialista denunció la falta de información y destacó la importancia de "la fijación de los avales que la empresa debe comprometerse a depositar", ya que es una forma de "poder asegurarnos la correcta ejecución de las obras y el cumplimiento de los plazos".

El tiempo ha pasado y la promotora que propuso la macro-urbanización ha entrado en concurso de acreedores, es decir en situación de quiebra técnica, sin finalizar 350 chalets correspondientes a la segunda fase de Castalla Internacional.

Ante esta situación, el gobierno municipal se ha pronunciado, asegurando que está abierto a buscar soluciones negociadas con los actuales propietarios, que están afectados, asimismo, por la situación en la que se encuentra Marsadi, puesto que no ha terminado las actuaciones previstas.

Las personas que adquirieron las 350 viviendas de la segunda fase que han quedado inacabadas son en gran medida residentes británicos y alemanes; que es, en cierto modo, a quién iba enfocado dicho enclave.

Desde el Ayuntamiento de Castalla también se ha comunicado que entre los trabajos que han quedado pendientes está la construcción de un depósito de agua, una depuradora y las rotondas de acceso a las viviendas. Estas actuaciones, según fuentes municipales, estarían valoradas en 2,8 millones de euros.

Asimismo, cabe destacar que el anterior gobierno del PP, con José Luis Prats como alcalde, "devolvió parte del aval a la promotora, teniendo informes que no lo aconsejaban" y pese a que la obra no había sido recibida por el consistorio, tal y como han señalado las fuentes consultadas.

Con todo, el gobierno municipal se ha reunido con los representantes de los afectados y les han pedido que rellenen un formulario para conocer los datos de los titulares y la situación legal y de servicios de todas y cada una de las viviendas.

Desde el consistorio, a fin de facilitar el diálogo y el conocimiento de los aspectos técnicos, se ha comunicado que los afectados pueden acudir a la sesión acompañados por sus representantes legales y por sus traductores.

El primer macro proyecto de la segunda línea interior

Castalla Internacional fue el primer gran macro proyecto urbanístico de lo que se denominó la segunda línea interior; esto es, urbanizar zonas del interior que de repente se habían situado a menos de media hora de las playas más populares de la Costa Blanca, gracias al avance de la autovía del interior. Entre grandes dificultades, en base a inciertos informes medioambientales, el fallecido Juan Rico pudo poner en marcha la primera fase, con unos 350 chalés, que fueron llenándose de residentes, en su mayoría de origen británico, que pudieron adquirir casas a un coste muy inferior al de la primera línea. Más tarde, se puso en marcha la segunda fase, con un número de viviendas similar, pero en este caso las dificultades ambientales fueron mucho mayores y al proyecto le costó mucho salir adelante. Ahora, la promotora ha entrado en concurso de acreedores, dejando un buen lío en la zona de Los Campellos. M. C.