El Ayuntamiento de Alcoy descarta iniciar las obras del bulevar antes de cinco años debido a la delicada situación económica en la que se encuentran las arcas municipales. El nuevo ejecutivo local, además, está en contra del contenido del proyecto adjudicado por el PP en 27 millones de euros, por lo que está negociando con la constructora para cancelarlo o bien modificarlo atendiendo a las reivindicaciones de los vecinos.

Tal y como se ha venido informando, el anterior gobierno municipal del PP adjudicó pocos días antes de las elecciones municipales el proyecto del bulevar a la empresa Cívica Urbana, perteneciente al Grupo Ortiz e Hijos. La actuación, en concreto, afectaría a la antigua explanación del ferrocarril, entre la cuesta de la Salle y el campo del Collao, y supondría para el Ayuntamiento un gasto de 27 millones de euros, 13 de ellos correspondientes a la obra propiamente dicha y el resto en concepto de financiación. El pago se tendría que efectuar a plazos durante un período de 20 años.

Sin embargo, el nuevo ejecutivo local, integrado por el PSOE, el Bloc y EU, se ha mostrado desde el principio contrario a este proyecto, tanto por su diseño como también por el hecho de que hipotecaría las arcas municipales. Cabe recordar, en este sentido, que el bulevar aprobado por el PP contempla tres carriles en todo el trazado, lo que también ha provocado la oposición de la mayor parte de los seis centros escolares situados en la zona. Asimismo, los 27 millones de euros son un coste que se considera ahora mismo inasumible por el Ayuntamiento, y más en la complicada coyuntura económica actual.

Así las cosas, y según manifestaba a ayer a este diario el concejal de Urbanismo, Natxo Gómez, las obras del bulevar no se iniciarán antes de cinco años. "Aparte de los problemas que presenta el proyecto en cuanto a su coste y diseño, lo que es evidente es que no hay dinero para acometer la obra y que por lo tanto, es imposible iniciarla en estos momentos", dijo.

Por otro lado, la pretensión municipal es la de cancelar el proyecto, o bien modificarlo para ajustarlo a las reivindicaciones vecinales. "No estamos dispuestos -dijo- a hacer una obra con un diseño con el que no estamos de acuerdo nosotros ni los propios vecinos. Nuestra idea es que, si finalmente termina ejecutándose el proyecto, que sea en base a las necesidades actuales de la ciudad y a lo que piensa la gente que vive en la zona".

Los responsables municipales ya han mantenido contactos con la empresa constructora y, según Natxo Gómez, "están dispuestos a negociar y llegar a un acuerdo. Lo que todavía no está claro es la solución que le podremos dar al asunto, porque son varias las alternativas que están encima de la mesa". Hay que recordar, a este respecto, que el contrato de adjudicación de las obras estipula una indemnización de un millón de euros en el caso de renuncia a las mismas por parte municipal. Con todo, este asunto también forma parte de las conversaciones.

Reducción de carriles y más aparcamientos

Los vecinos de los barrios de Santa Rosa y el Ensanche, afectados directamente por el proyecto del bulevar, han reivindicando desde un principio una actuación más amable que la aprobada por el PP, con reducción de carriles, más aparcamientos y zonas para el paseo y el esparcimiento.

El proyecto aprobado y adjudicado por 27 millones de euros contempla tres carriles para el tráfico a lo largo del trayecto, dándole continuidad de esta forma al primer y único tramo ejecutado hasta la fecha, entre el puente Rafael Terol y la cuesta de la Salle.

Los vecinos, sin embargo, se decantan por una actuación más amable, similar a la de la avenida de la Hispanidad en la Zona Norte. Así, han venido planteando un carril en cada dirección, aceras amplias y arboladas, así como un mayor número de aparcamientos, teniendo en cuenta que se trata de una zona de edificios en su mayoría antiguos y que no cuentan con garajes.

Alegan, asimismo, que las circunstancias han cambiado, dado que el bulevar se concibió al principio como una vía de gran capacidad de tráfico para descongestionar la calle Entenza, cuando la apertura de la circunvalación ha reducido el tránsito de vehículos, sobre todo pesados, por el interior del casco urbano. M. V.