Salud Pública ha intensificado la presión contra la legionela en Alcoy tras los últimos casos detectados, lo que se ha materializado a través de la paralización de los trabajos de asfaltado de un vial en Batoy, que han quedado a medias, y de la prohibición a la empresa FCC, concesionaria del servicio de limpieza, de utilizar barrenderas de aire y maquinaria, según ha podido saber este diario.

En las últimas semanas, como se ha venido informando, Alcoy ha registrado cuatro casos de legionela, que no han sido vinculados entre sí por las autoridades sanitarias, que siguen catalogándolos como esporádicos y no han declarado brote epidemiológico alguno. Esta situación, sin embargo, ha causado honda preocupación en Salud Pública, lo que se ha traducido en una nueva vuelta de tuerca en el protocolo de prevención.

Así, Sanidad ha procedido a la paralización de los trabajos de asfaltado de un vial en el barrio de Batoy, concretamente el que tiene que facilitar el acceso al nuevo puente. Esta medida, además, se ha formalizado a pesar de que las empresas encargadas cumplían el decreto de prevención, a través de la colocación de depósitos especiales para captar agua tratada de manera que se reduzca al mínimo la posibilidad de expansión de la bacteria, según ha podido saber este diario. Todo esto es consecuencia de que Salud Pública atribuyó el brote registrado en agosto de 2009 a máquinas de asfaltado, que utilizaban agua sin tratar.

Aparte, las autoridades sanitarias han impedido a la empresa FCC utilizar maquinaria para la limpieza de las calles de Alcoy, específicamente las barrenderas de aire. Como ha ocurrido otros años, el Ayuntamiento, una vez pasado el verano, que es la etapa de más riesgo, solicitó a Salud Pública autorización para utilizar barrenderas de aire y maquinaria diversa con el fin de facilitar la labor otoñal de recogida de la hoja. Originalmente, el permiso fue concedido pero posteriormente fue denegado, una vez empezaron a producirse casos de legionela, según ha sabido este diario de fuentes municipales.

Estas medidas se suman a las ya habituales en la ciudad, que está en situación de alerta epidemiológica por la legionela desde 1999, año en el que se produjo un primer brote al que han seguido quince más, con unos 300 afectados y 13 personas fallecidas, aunque solamente una ha sido admitida oficialmente por las autoridades sanitarias.

Por este motivo los equipos de refrigeración industrial y también los de climatización están sometidos a unos controles estrictos, que en los últimos años han sido ampliados también a los lavacoches, después de que dos instalaciones de estas características fueran consideradas responsables del último brote. Ahora, ya no se permite limpiar calles con maquinaria ni asfaltar.

El nuevo puente, una obra "maldita"

El puente de Batoy está registrando el enésimo conflicto, cuando en realidad su construcción aún no ha comenzado. Esta infraestructura, incluida en el denominado "Plan Confianza" de la Generalitat fue adjudicada a principios de año a las empresas Asfaltos Guerola y Symetra, por un importe de 1,7 millones de euros. El 25 de marzo las obras eran "inauguradas" oficialmente, hasta con una excavadora, pero los trabajos cesaron con la marcha de la comitiva oficial y no arrancaron hasta dos meses después. Tras el cambio de gobierno, los nuevos responsables municipales constataron con las empresas adjudicatarias que faltaba suelo para el puente, por lo que a principios de octubre se ponía en marcha un nuevo proceso de expropiación, necesario para conseguir los terrenos que faltan. Mientras tanto, las empresas empezaron a trabajar en el vial de acceso desde la calle Oliver, cuya urbanización se había completado y se empezó a asfaltar, hasta la intervención de las autoridades sanitarias. Ahora, ni se puede hacer el puente porque faltan terrenos, ni acabar el vial, porque Salud Pública lo impide. M. C.