Una nueva junta rectora tomó posesión el pasado día 3 de septiembre al frente de la cooperativa agrícola de Ibi, que cerró sus puertas hace más de un año, en un intento de reflotarla, con el apoyo de una empresa de gestión del grupo SIID. La cooperativa cesó sus actividades tras acumular un déficit cuantificado en unos 4 millones de euros.

La cooperativa agrícola de Ibi, con amplia tradición profesional, se vio inmersa en un proceso negativo, que acabó abocándola al cierre hace ahora algo más de un año; esto ocurrió en el contexto de una intensa polémica interna por la gestión. El cese del servicio acabó derivando en un éxodo masivo de agricultores ibenses a la cooperativa de Castalla, que disparó de 1.200 a 2.000 el número de asociados nada más comenzar la campaña de la oliva.

Ahora, un grupo de socios, tanto ibenses como de diferentes puntos de la provincia, ha constituido una nueva junta rectora, que está presidida por Pascual Gisbert, y que se ha marcado como 0bjetivo reflotar la cooperativa, para lo cual se ha concretado la colaboración de una empresa de gestión externa del grupo SIID, extremos que se concretaron en la asamblea celebrada el pasado 3 de septiembre, según las informaciones recabadas.

La jueva junta, con el apoyo de la empresa, ha mostrado su firme voluntad y decisión a la hora de "aclarar lo ocurrido con el endeudamiento generado, para que el socio conozca cómo se ha generado y si hay responsabilidades de quién sea, exigirlas. Para ello, se va a pedir una auditoría externa que revise la gestión de los últimtos cuatro años".

También se ha trasladado a los socios que "la situación de la deuda es muy delicada ya que los acreedores, sobre todo bancarios, han iniciado procedimientos de ejecución sobre los bienes e instalaciones de la cooperativa, y está claro que ésta no puede atenderlos ni hacerlos frente". Por ello, se ha buscado el acuerdo con la empresa de gestión del grupo SIID para "buscar soluciones a esta situación".

Esta empresa lleva más de 4 meses inviertiendo recursos humanos y económicos en un intento de "acondicionar las instalaciones, que estaban bastante deterioradas por la inactividad de los últimos tiempos, así como buscar soluciones a las deudas pendientes y que son muy elevadas, ya que se cuantifican alrededor de los 4 millones de euros".

La nueva junta ha mostrado su disposición a la hora de trabajar para que que la cooperativa pueda ponerse en marcha "con un proyecto muy innovador y de gran interés para Ibi y la comarca, que puede sacarla de la situación en la que lo tenemos todo perdido", según refleja un comunicado elaborado por esta entidad rectora.

El objetivo que se ha fijado el equipo directivo es que la instalación pueda entrar en marcha a finales de septiembre de cara a la campaña de la aceituna, para lo cual, junto a la empresa rectora, "estamos a la espera de confeccionar las normas de campaña para la próxima semana, que se darán a conocer a los socios" en fechas próximas.