Un septiembre más, Barxell ha recuperado todo su folclore. La partida cercana a Alcoy puso ayer punto y final a los actos festivos en honor a San José y San Isidro, que se iniciaron el jueves con el festival infantil.

Con la lluvia acechando a sus vecinos, la partida rural de Barxell se sumergía de lleno en sus actos en honor a San José y San Isidro, algunos de los cuales, como la fiesta infantil del sábado, tuvieron que ser suspendidos por el oraje. Barxell ha mostrado a lo largo de estos cuatro días su lado más rústico. Las fiestas, que aúnan tradición y modernidad, intentando acercar a adultos y niños, dieron el pistoletazo de salida con el festival infantil, que tuvo lugar el jueves en el patio de la escuela. El acto del viernes también se destinó a los más pequeños, ya que se celebró una retreta para ellos.

El sábado fue uno de los días con más actividades. A pesar de que la fiesta infantil tuvo que suspenderse, tras la misa se celebró el tradicional "soparet popular", con coca de tomate y harina, el mítico concurso y la"Rifa del Borrego".

Colofón popular Ayer todo Barxell dibujaba una estampa costumbrista. Tras la "despertà", en la que se recorrieron las masías de la partida, algunas de las cuales ofrecían dulces a los músicos del Grup de Dolçaines i Tabals de Barxell, los participantes se detuvieron en l'era d'Irles para esperar a las bailarinas de las danzas. Después de la misa en la ermita, se celebró la divertida carrera pedestre, en la que los ganadores fueron premiados con un pollo, una copa y la simbólica cantidad de 30 euros, el primero, y con un conejo, el segundo clasificado. Luego tuvo lugar otra "ballada de danses", al son de las castañuelas.

Las actos, "que comenzaron los maseros, y que decayeron por la bajada de la actividad agrícola, aunque luego se recuperaron", ya se celebraban en los años setenta, aseguró ayer el presidente de Fiestas, José Almería. A su lado, su esposa intenta recordar cuánto lleva cocinando la"olleta" para la popular cena del viernes festivo.