Castalla acogió ayer uno de los actos más vistosos de los que presumen sus Fiestas de Moros y Cristianos: la Entrada. El tiempo se puso de parte de las 4.000 festeros, tanto moros como cristianos, en un desfile que hizo vibrar a todo el público asistente.

La capital de la Foia celebró ayer su Entrada de Moros y Cristianos, en la que fue una tarde de emociones destapadas y expectativas cumplidas. Los 4.000 participantes del desfile, entre los cerca de 2.200 festeros y las 30 bandas de música, respiraron tranquilos al advertir que, al final, le habían ganado la batalla al tiempo.

La Entrada de Castalla respiró vitalidad por los cuatro costados. El paseo lo abrió la comparsa Mariners, cuyos capitanes, festejando su XX aniversario, desfilaron arrastrando un arpón, en honor al nombre de su escuadra. Su acompañamiento vistió colores azules, esparto y algunas plumas, y sonó a percusión a base de metal, además del barco tirado por unos jóvenes, con la inscripción "Almansa", que precedía su desfile.

Los Maseros lograron aportar calidad a la cantidad que caracteriza a la comparsa, por los numerosos festeros que la forman. Tras la carroza que ejemplificaba el pisado de uva, las calles se llenaron de las tradicionales masías de los trabajadores del campo, a ritmo de dolçaina. El colofón lo pusieron los capitanes, dos de ellos en una elegante carroza, elemento que no predominó en este mismo cargo pero en otras comparsas, y el resto de la familia a pie.

Mientras la reina de este año, Carmina Leal, junto a sus damas, susurraba "Endavant", los ojos de los curiosos que no quisieron perderse el acto, muchos de ellos extranjeros, se posaban en unos desenfadados Pirates. Apoderándose de la calle Cervantes poco a poco, abrieron paso con un espectáculo acrobático, un faquir, y un grupo de dolçaines. El ballet con panderetas y pañuelos, acompañó divertida pero solemnemente a los nueve capitanes de este año, algunos de ellos todavía muy pequeños.

Una vez entrada la tarde, la comparsa Cristians puso el toque lujoso, con sus tres capitanes, también a pie, desfilando delante de una muralla.

Minutos más tarde, la escuadra L'Almeixa, de la comparsa Moros Grocs, no se hizo de rogar. Con unas cobras encabezando su marcha, los 12 amigos lucieron un particular y vistoso turbante.

La Entrada acogió entonces al grupo de las jóvenes Sherezade, de Moros Vells. Con detalles morados, verdes y azules, recordando el plumaje de un pavo real, inundaron las calles de frescura. Por último, una vez el sol se puso, el protagonismo pasó a ser de la familia Gandía-Torres, de los Moros Mudéjares, que iluminó la incipiente noche con su magia y sus emociones andantes.

La jornada culminó con la Baixada de la Virgen, a las 22:00 horas. La Entrada previa, que rebosó alegría y desparpajo, se libró de la lluvia, aunque, previsora, no olvidó lucir muchos sombreros y adornos de este estilo.

Hoy Castalla sigue con sus actos en honor a la Virgen de la Soledad, a expensas de firmar la paz definitiva, al menos, con el tiempo, y vibrar con el Dia dels Trons.

Programa de actos

Las Fiestas de Moros y Cristianos de Castalla tan sólo acaban de empezar. Y es que para hoy hay organizado un amplio programa de actos con el que los vecinos del municipio van a continuar disfrutando de sus tradiciones. El son de las campanas abrirá el primer Dia de Trons, una jornada en el que los festeros y la pólvora son los máximos protagonistas.

A primera hora de la mañana, a las 8, tendrá lugar la Diana, acto tras el cual se celebrará la tradicional misa de comparsas. Dicha eucaristía se caracteriza porque el bando cristiano acude a la Iglesia Parroquial, mientras que el Convento acoge a las huestes moras.

A las 11 horas, los vecinos de Castalla, festeros y no festeros, se darán cita en la iglesia para celebrar la Misa Mayor, tras la cual dará comienzo el desfile con el alardo. El olor a pólvora invadirá toda la población cuando las tropas cristianas empiecen a disparar sus arcabuces en la iglesia, mientras el bando moro lo hará desde el convento.

La batalla concluirá en la plaza Mayor, justo delante del Ayuntamiento, donde, después de la entrada de las autoridades acompañadas por la Escuadra de Honor, empezará la tradicional Ballada de Banderes.

Ya por la tarde, los festeros participarán en un acalorado combate que empezará a las 17 horas y que enfrentará a ambos bandos. Desde la plaza Era dels Cavalls empezarán a luchar las comparsas Cristianos y Marineros contra Moros Grocs y Mudéjares; por otro lado, desde el Portal d'Onil dará comienzo la batalla entre Piratas, Maseros y Moros Vells.

Sendos itinerarios confluirán en la plaza Mayor y, ante la Casa del Fester, tendrá lugar la tradicional Embaixada del Moro, tras la cual los cristianos perderán la posesión del castillo.

A las 20:30 horas la Procesión del Passeig pondrá el punto final a un completo día. En este acto participarán todas las comparsas, acompañando, de este modo, a su patrona la Virgen de la Soledad, desde la ermita hasta la iglesia principal.