Las barandas del puente de Cervantes, en Alcoy, han experimentado un creciente deterioro en las últimas semanas, que han obligado a asegurar dos zonas, una junto a la Escola d'Art y otra en la vertiente contraria, cerca del final de la Avenida País Valencià.

La degradación de las barandillas metálicas de este puente ya ha sido constatada por el Ayuntamiento, que se ha dirigido a la Demarcación de Carreteras del Estado, con el fin de instar su rápida reparación. El concejal de Obras y Servicios, Javier Castañer, subrayó ayer que "hemos constatado la situación y se le ha notificado a Carreteras, que se ocupa del mantenimiento del puente, para que proceda a arreglar los desperfectos".

Los problemas empezaron a detectarse en las vísperas de las Fiestas de Moros y Cristianos, cuando la baranda comenzó literalmente a "abrirse" a pocos metros de la Escola d'Art. En este caso, la parte de metal superior se ha desplazado unos centímetros y con el paso de los días ha ido abriéndose de arriba a abajo. El Ayuntamiento ha procedido a colocar unas cintas que con el paso de los días han ido también desapareciendo en parte.

La segunda anomalía se ha detectado en la baranda opuesta y afecta a un punto en el que hay una farola, por lo que también se tendrá que proceder a su reparación, por parte del personal de la Demarcación de Carreteras.

Fundición

Las barandillas del puente son de fundición y Carreteras se ocupa habitualmente de su mantenimiento, por lo que el Ayuntamiento confía en que se haga con rapidez la reparación de los desperfectos que se han constatado y que, de no solventarse, podrían acabar suponiendo un riesgo para los peatones.

Este puente está situado en el casco urbano de Alcoy y forma parte de la travesía de la N-340, por lo que su mantenimiento corresponde a Carreteras en tanto se materialice la cesión de este tramo de carretera al Ayuntamiento, algo para lo que en estos momentos todavía no hay fecha.

Por ello, el personal de Carreteras trabaja de forma habitual en el mantenimiento que, en el caso de Cervantes, posibilitó hace unos meses la reparación de los pretiles de piedra que separan la calzada de las aceras, que son de hormigón y se estaban desmoronando. También se han subsanado anomalías ocasionales en las propias barandillas.

Estas actividades también se desarrollan de forma habitual en los puentes de San Roque y la Petxina, que tienen características muy similares y forman parte de la travesía de la N-340.