Hasta para esto, somos diferentes. En unas elecciones que en el resto de la Comunitat Valenciana parecen tener todo el pescado político vendido (así lo dicen hasta la extenuación las encuestas), Alcoy se empeña en ser la excepción. Frente al convencimiento general de que el PP va a arrasar en las autonómicas y en la práctica totalidad de los grandes municipios valencianos, entre los alcoyanos está creciendo la sensación de que aquí todavía hay partido, de que no puede desecharse la hipótesis de un vuelco electoral, que conllevaría el final de once años de gobiernos del PP y su sustitución por un tripartito de izquierdas encabezado por los socialistas.

Para analizar las causas últimas del hecho diferencial alcoyano, hay que mirar hacia una evidencia estadística incontestable: el PP local no ha logrado pasar nunca de los 13 concejales, obteniendo siempre unas mayorías absolutas raspadas. En las dos últimas legislaturas, con un Partido Popular exultante y con un PSOE destrozado por las crisis internas, poco más de un millar de votos han hecho posible que los populares se impusieran a un posible gobierno de coalición entre PSOE, Bloc y EU. Esta situación de estancamiento es fruto de la combinación de dos elementos complementarios: por una parte, la existencia en Alcoy de una bolsa consolidada de votantes de izquierda que sienten un rechazo atávico a votar a la derecha y, por la otra, la incapacidad de los populares alcoyanos para captar votos fuera de sus fronteras ideológicas.

Lejos de romper esta dinámica, los últimos cuatro años de gobierno Sedano han contribuido a incrementar la incertidumbre y a meterles a los populares el miedo en el cuerpo. Una legislatura municipal de gestión cero, marcada por la crispación y por el perpetuo enfrentamiento de los ripollistas alcoyanos con la Generalitat, es un pesado bagaje para acudir a las urnas. Si a esto le añadimos una candidatura alimenticia, elaborada en clave interna y sin apenas novedades, llegamos a la conclusión de que el PP de Alcoy tiene unas posibilidades de crecimiento muy escasas.

Frente al desgaste del PP, los tres partidos de la oposición han hecho un considerable esfuerzo para rearmarse, incluyendo en sus listas a personajes independientes de prestigio y bombardeando a la opinión pública con una avalancha continua de proyectos y de propuestas electorales en positivo. El PSOE, liderado por Toni Francés, ha hecho limpieza general y concurre a los comicios con una lista dominada por las caras nuevas. El Bloc hace una fuerte apuesta personal por la figura emergente de su nuevo candidato, Rafel Carbonell. EU-L´Entesa repite con Paco Agulló, en torno al cual se ha montado una candidatura muy sólida, llena de nombres propios. Los tres partidos llevan meses desarrollando una incesante actividad, que contrasta con el estado de catatonia política en el que parece sumido el PP.

Ni los más acérrimos defensores de la reelección del alcalde Sedano pueden negar una cosa: la noche de 22-M alcoyano será de infarto. Aquí, será importante hasta el último voto y el más imperceptible de los movimientos electorales puede decidir quién se sienta en el sillón de la Alcaldía. Si en el resto de la Comunitat Valenciana la emoción electoral brillará pos su ausencia, en Alcoy habrá una sobredosis.