La noticia se recibió con alborozo: las negociaciones del alcalde José Sanus con el presidente de la Generalitat Joan Lerma y el arquitecto Santiago Calatrava, que ya empezaba a ser una figura con renombre internacional, concluyeron favorablemente con el compromiso de que éste protagonizara una actuación en Alcoy. El objetivo fue la plaza de España, el centro físico de la ciudad, y el elemento estrella, una sala subterránea con estructura de "esqueleto" de dragón. Lerma, a través de la COPUT y el IVVSA -que por entonces dirigía el alcoyano Enrique Sanus, hermano del alcalde- aportaría la financiación, que ascendió a unos 1.000 millones de pesetas.

Dragados se hizo con la contrata y en agosto de 1994 se iniciaban las obras, que se ejecutarían con rapidez, conllevando el vaciado del subsuelo de la bandeja para habilitar la sala subterránea. El 19 de mayo se abría al público y han quedado para la historia las imágenes del conseller Eugenio Burriel y el alcalde José Sanus, abriendo un cortejo multitudinario.

Lo que nadie podía sospechar es que la sala de Calatrava iba a convertirse en un auténtico quebradero de cabeza, que 16 años después sigue provocando problemas al Ayuntamiento de Alcoy. De hecho, como se ha venido informando, carece de la correspondiente licencia de apertura porque la pendiente de las escaleras y la estrechez de los escalones impide legalizarla, propiciando carencias de seguridad.

La sala surgió como sala de música y teatro, pero la defectuosa audición provocó que se tuviera que reconvertir a unos usos más sociales, como exposiciones o congresos de pequeño mediano.

También en esto hubo problemas, pues la primera exposición que se organizó no pudo llegar a celebrarse porque los cuadros no pasaban por la puerta: eran demasiado grandes. Ahora ya es "acústicamente satisfactoria", pero después de una inversión de 600.000 euros del Gobierno central en el Plan E.

Calatrava otorgó una iluminación "natural" a la sala, para lo cual colocó bandas acristaladas en la superficie de la bandeja. Evidentemente, esto incrementó la luminosidad de la Llotja, pero las "mascletàs" que se disparan sobre la bandeja y los trabucazos del Alardo los rompían, lo que provocaba que cada vez que llovía el agua entrara y hubiera auténticas inundaciones. Las imágenes de la exposición repleta de cubos para recoger el agua o de la superficie cubierta con un plástico -que los detractores bautizaron como el "condón"- son impagables, hasta el punto que se llegó a editar una postal.

Las luces de superficie no acabaron de dar resultados satisfactorios y el Ayuntamiento tuvo que actuar para reforzarla. También se tuvo que acabar instalando un ascensor para garantizar la accesibilidad de la sala, en este caso desde un lateral de la planta baja del Ayuntamiento.

Inconvenientes por causa de la legionela

Calatrava ha construido en Alcoy un espacio "emblemático", como ha reconocido el primer teniente de alcalde, Rafael Sanus, que resalta que se defenderá su continuidad en los tribunales, si es preciso. Este espacio singular, poco divulgado fuera de la ciudad, se ha visto afectado por los graves problemas que Alcoy ha tenido con la legionela. El surtidor exterior que insertó Calatrava permanece fuera de servicio por las medidas de prevención de la enfermedad, y el equipo de climatización interior no podía utilizarse por el mismo motivo. Por ello, ha tenido que ser reemplazado. M. C.