Los tres vecinos de El Camí, 19, justo frente a la Glorieta, que ocupaban hasta el sábado viviendas alquiladas, se han visto de repente en la calle y con lo puesto. Estos dos hombres y una mujer vieron como se desplomaba la parte alta del edificio que ocupaban, un inmueble que, como mínimo, tendrá que ser objeto de una importante rehabilitación antes de que pueda ser ocupado.