En Ibi hay muchos restaurante, pero ninguno como "La Divina Comedia". La Asociación Babilón inauguró anoche un Centro Especial de Empleo de servicios hosteleros, cuyo objetivo es facilitar la inserción laboral de colectivos en situación o riesgo de exclusión social, con o sin discapacidad.

Este tipo de centros son empresas de empleo protegido y, en la actualidad, Babilón cuenta con una plantilla de trabajadores compuesta por un 90 por ciento de personas con discapacidad y el 10 por ciento restante, son profesionales de apoyo.

La presidenta de la asociación y psicóloga, Vanesa Reche Lillo, explicó que en el restaurante van a trabajar 15 personas "que tienen algún tipo de discapacidad o riesgo de exclusión social", así como dos monitores de apoyo por cada turno de trabajo. El horario de apertura del restaurante es de 9 de la mañana a 9 de la noche, según ha señalado Vanesa Reche, quien hace hincapié en que es "muy importante que los turnos estén bien organizados y que cada trabajador tenga muy claras sus tareas".

La presidenta se siente muy satisfecha con la evolución que están teniendo los "chicos" -como los llama ella cariñosamente- y está completamente convencida de que "van a hacer un gran trabajo". Asimismo, ha explicado que los 15 trabajadores llevan un año formándose para "poder inaugurar hoy".

Por otro lado, desde la asociación han tratado de cuidar al máximo cada detalle, hasta tal punto que han habilitado una zona con duchas, para que los empleados puedan asearse antes de empezar el turno, ya que "es muy importante que ellos aprendan a cuidar el aspecto personal y causar una buena imagen".

Las tareas han sido repartidas acorde a las capacidades de cada trabajador. Reche asegura que "tienen muy claras sus obligaciones y son muy responsables dentro de su puesto de trabajo".

En cuanto a la reforma del local, han sido ellos mismos los que han desarrollado todas las tareas, excepto, matiza la presidenta, "la fontanería y la electricidad".

Elías Marco e Irene Lledó, empleados del restaurante, aseguran que disfrutan mucho con este trabajo porque "tenemos contacto con la gente", aunque consideran que lo "más dificil es cuando hay muchas personas". Ambos van a trabajar en la barra y, a pesar de que a Elias le salen "muy buenos los cafés" confiesa que aún no ha conseguido "encontrarle el truco al grifo de cerveza", pero asegura que pronto lo hará.