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La conversión de la N-340 en la A-7, más conocida como la Autovía Central, está previsto que entre en servicio antes de que acabe 2010 y acortará la distancia entre Valencia y Alicante en unos diez kilómetros.

Así lo ha explicado hoy el ministro de Fomento, José Blanco, al inaugurar el antepenúltimo tramo, entre Muro de Alcoy (Alicante) y Albaida (Valencia), de 8.035 metros por un trazado con muchas dificultades orográficas y que ha costado más de 32 millones de euros.

Tras esta apertura, únicamente quedan por abrir el Cocentaina-Muro y la variante del barranco de la Batalla, en Alcoy, aunque ambos se hallan en un avanzado estado de ejecución, con una inversión conjunta de unos 170 millones de euros.

Blanco ha recalcado que estos nuevos tramos contribuyen a la "conectividad" norte-sur de la Comunitat Valenciana y, especialmente, a "vertebrar" con el resto de la autonomía a las regiones de Albaida, l'Alcoiá y El Comtat.

Para concluir los dos tramos que restan a tiempo, el ministro ha aprovechado la presencia en el acto del conseller valenciano de Infraestructuras, Mario Flores, a quien ha pedido que "emplee sus buenos oficios" para que la Generalitat otorgue a Fomento varias autorizaciones, imprescindibles para la obra.