Las adversas condiciones meteorológicas no han afectado sólo a la cosecha de cerezas, sino que también han incidido de forma directa en la mano de obra. Las cooperativas se han visto obligadas a contratar a menos personal tanto para las tareas de recolección como para los almacenes, dado que hay mucha menos fruta para manipular.

El año pasado, sin ir más lejos, la Cooperativa Montaña de Alicante contrató a un centenar de personas, debido a que la entidad obtuvo una de mas mejores cosechas de los últimos años con 1.300 toneladas de fruta. En cambio, en esta ocasión, y en un fenómeno que es aplicable a todas las entidades productoras, la contratación se ha reducido de manera paralela a conforme lo ha hecho la cosecha.

Este hecho tiene mayor trascendencia si se tiene en cuenta que la crisis económica que se está registrando a nivel general ha propiciado que haya una mayor disponibilidad de mano de obra y que, consecuentemente, también se haya incrementado la demanda de empleo.

La complicada coyuntura también ha propiciado que se recuperen campos que estaban abandonados, dado que muchas familias de las zonas productoras se han quedado sin trabajo y han vuelto a recurrir a la agricultura como un recurso para apoyar sus economías particulares.

La reducción de la cosecha de cerezas, por tanto, ha supuesto una mala noticia en todos los sentidos, y un nuevo golpe para un sector agrícola que es especialmente sensible a las indidencias meteorológicas.