Los alumnos de la Politécnica de Alcoy consultados por este diario coinciden a la hora de apoyar la reivindicación y la decisión adoptada por la dirección del centro. Algún estudiante, sin embargo, no se siente demasiado afectado: "me parece bien, aunque yo no voy mucho por allí; prefiero estudiar en casa", manifestó Francisco Argudo, de Ingeniería Mecánica.

El común de los matriculados, sin embargo, reconoce utilizar el recinto de la biblioteca y respalda que se limite su uso. María Abad, de Administración y Dirección de Empresas (ADE) afirmó que "me parece muy bien lo que se ha hecho, porque no cabía la gente y te tenías que ir". Además, "salías de clase ibas a la biblioteca y no había sitios libres", apunta Alberto Masiá, también de Mecánica. Ambos, no obstante, resaltaron la puesta a disposición de las aulas de para todo el mundo.

Los estudiantes, en general, coinciden en que las dificultades se han generado a raíz de que "otras universidades", en referencia a Miguel Hernández y Alicante, ya han acabado las clases, lo que ha provocado que sus alumnos de Alcoy utilicen esta biblioteca, que evidentemente está más cerca de sus casa que las de los centros a los que pertenecen. "Aquí había hasta gente de los ciclos formativos y otra que preparaba oposiciones para Policía", aclara Álex González, de Mecánica, a la hora de justificar por qué el recinto estaba completamente lleno.

Otro motivo del "éxito" de este recinto puede deberse a su propia ubicación. La biblioteca quedó situada, tras la apertura del edificio de Carbonell, en la última planta de este inmueble, con grandes vistas y amplia iluminación natural, con el sol entrando a raudales por los ventanales.