El ex director general de la Caja de Crédito de Alcoy, Jesús Llopis Ferrer, ha abandonado la cárcel de Villena tras haber cumplido seis meses de condena por la quiebra de la Caja de Crédito de Alcoy, al habérsele concedido el tercer grado atendiendo a su edad y a que ha presentado avales para cubrir la responsabilidad civil que la Audiencia Provincial le impuso en su sentencia, según ha podido saber este diario. De esta forma, solamente está en prisión en estos momentos su hijo, Jesús Lidiano Llopis, que era el director de la sucursal, ya que su sobrina y subdirectora general, Mercedes Llopis, consiguió la suspensión de la condena, a la espera de que el Gobierno se pronuncie sobre el indulto que han solicitado.

La Audiencia condenó en abril de 2008 a Jesús y Mercedes Llopis a 4 y 3 años de prisión, respectivamente, como autores de sendos delitos de insolvencia punible (quiebra frudulenta). Jesús Lidiano Llopis fue absuelto inicialmente, al entender que su delito de complicidad había prescrito, pero el Tribunal Supremo revocó la sentencia y lo condenó a 3 años de prisión como coautor. Todos ellos eran los máximos responsables de la Caja de Alcoy, que había entrado en suspensión de pagos y quebrado en 1993, con un agujero de 700 millones de pesetas, que dejó sin sus ahorros a unos 1.500 alcoyanos.

A pesar de que los tres condenados solicitaron un indulto al Gobierno, la Audiencia autorizó a Mercedes Llopis a aplazar el cumplimiento de su sentencia, pero lo denegó a Jesús y Jesús Lidiano Llopis, por lo que ingresaron en prisión el pasado mes de octubre. En el caso de Jesús Lidiano, ya se encontraba en la cárcel cumpliendo pena por otra causa que no ha trascendido.

Ahora, transcurridos seis meses, la juez de Vigilancia Penitenciaria de Villena ha concedido el tercer grado a Jesús Llopis Ferrer, atendiendo a su avanzada edad y a que ha presentado los avales necesarios para cubrir la responsabilidad civil que le fue impuesta en la condena. Tras haber estado en la cárcel de Villena, ayer fue trasladado al centro de inserción social situado en la cárcel de Fontcalent, en la que se le colocará una pulsera telemática que permitirá conocer su situación en todo momento, a través de GPS, y con la que podrá recuperar su libertad, según ha podido saber este diario.

Cabe significar que los tres condenados debían haber recibido penas más elevadas, pero durante el juicio se planteó una reducción, atendiendo a los quince años que había tardado en instruirse el proceso y llegar a la convocatoria del juicio.