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os habitantes de Xixona, Tibi y La Torre de Les Maçanes deberán ingeniárselas para denunciar cualquier delito por las tardes. Porque el cuartel de la Guardia Civil de Xixona, que da servicio a los tres municipios, ha decidido echar el cierre a partir de las 14 horas. Esta situación viene produciéndose desde hace aproximadamente un mes y ha motivado una oleada de quejas de algunos vecinos, según ha tenido constancia este diario de fuentes municipales. Hasta hace apenas 30 días, un agente se encargaba de tramitar por las tardes todos los incidentes que pudieran surgir. Pero ahora, la presencia del Instituto Armado pasada la mañana se limita a una simple patrulla que recorre las tres localidades, según las mismas fuentes. Las oficinas quedan cerradas.

El motivo de la supresión de este servicio ha sido, según señaló ayer al alcalde, Ferran Verdú, que la Guardia Civil considera que la ratio denuncias-ciudadanos es muy baja. El primer edil, no obstante, no termina de creerse esta explicación. "Me han dado varios motivos, pero no me acabo de creer ninguno. Decir que hay poca conflictividad es falso. Lo que pasa es que la Guardia Civil tiene tan pocos medios que muchos ciudadanos ni tan siquiera se dignan a denunciar allí pequeños delitos", apuntó. Otra de las explicaciones que ha recibido es que el Instituto Armado ha accedido a una petición de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC); de cerrar el servicio por las tardes y que el agente que estaba en las oficinas salga a la calle.

Con todo, en total son alrededor de 10.000 personas las que se han visto afectadas por el cierre del cuartel por las tardes. Concretamente, 9.901, teniendo en cuenta los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. 7.596 de Xixona, 1.572 de Tibi y 733 de La Torre de les Maçanes. Ahora, todas ellas deben desplazarse a otras poblaciones como El Campello, Sant Joan o Ibi para presentar sus denuncias por la tarde.

El primer edil xixonenc, consciente de la magnitud del problema, tiene previsto mantener "en breve" una conversación con la subdelegada del Gobierno en Alicante, Encarna Llinares, para tratar de encontrar una solución. "Cerrar el cuartel por las tardes supone una merma considerable en el servicio. Por eso vamos a iniciar las conversaciones para intentar que se vuelva a prestar", agregó.

En caso de que se denegara esta petición, el alcalde ya tiene pensada una solución: "Estamos barajando que las denuncias que se puedan presentar se tramiten en el Ayuntamiento. Se pondría una pequeña oficina con un policía local y ahí se daría el servicio". Pero eso, como último recurso.