La historia económica de San Vicente del Raspeig se escribe con piezas de cerámica. El Teular de Ferrer es la primera industria que se asentó en San Vicente del Raspeig. Se conmemoran ahora los 130 años del nacimiento de la que fue una gran empresa de fabricación de tejas y ladrillos cerámicos, de «teja plana» que, según los estudios, es la primera de Alicante y una de las primeras fábricas de España de estas características.
Durante más de un siglo La Cerámica Alicantina (su nombre comercial) creció y llegó a dar trabajo a más de un centenar de sanvicenteros y da fe de la importancia que esto tenía en el hecho de que la población de San Vicente entonces era de 3.600 personas. Hoy, en parte de los terrenos que la ocupaban, la industria ha dado paso al conocimiento ya que se encuentra la Universidad de Alicante (UA).
La entidad que se encarga de sacar a la luz la memoria de San Vicente del Raspeig se ha fijado en El Teular de Ferrer para publicar uno de sus libros, se trata del cuaderno de la memoria de San Vicente del Raspeig número 18. El Cercle d'Estudis ha querido conmemorar el nacimiento en 1888 de la cerámica sacando a la luz la curiosa historia de esta empresa.
Su autor es el economista y exalcalde de San Vicente del Raspeig Francisco Canals. «El Teular de Ferrer» inaugurada en febrero de 1888, es uno de los principales hitos de la evolución económica sanvicentera. Inaugura la industrialización y también produce el nacimiento del obrero industrial, del primer proletariado industrial en el municipio», destaca el autor del cuaderno. Canals da gran valor a que es el ferrocarril, inaugurado años antes, en 1858, el que propició la instalación de esta industria.
Al frente de la empresa estaba el capitán de barco catalán Jaume Ferrer que tuvo conocimiento de la teja plana en uno de sus viajes a Nueva Orleans. Contrató al inventor e instaló en San Vicente las primeras prensas de este tipo de cerámica que no se hacía en España. La fábrica se instaló en la hacienda El Fondet, donde hoy está el Colegio Mayor Universitario. Era un lugar estratégico cerca del puerto y del tren y próximo a unas canteras de arcilla de donde se sacaba la materia prima con la que se hacían tejas y ladrillos. San Vicente dio el gran salto al pasar de la artesanía a la industria de la cerámica que exportaba a Europa y América, especialmente Cuba.
