El infierno que viven los vecinos de la zona norte de El Campello poco ha cambiado en los últimos siete años, al menos según el último estudio encargado por la Asociación Afectados por el Vertedero de Les Canyades. Y es que este documento, además de recoger las mediciones sobre los malos olores realizadas en el verano de 2017, las compara con las efectuadas por esta misma empresa, la barcelonesa Socioenginyeria. Y la conclusión es que «la frecuencia y la intensidad de la contaminación odorífera provocada por planta de tratamiento de residuos no han variado sustancialmente porque se mantienen al mismo nivel de 2011, 2013 y 2014, superando ampliamente el límite permitido en su Autorización Ambiental Integrada (AAI)».

El estudio señala que «las medidas implementadas para minimizar las emisiones de olores, como el Plan de Gestión de Olores, Plan de Vigilancia... se han mostrado ineficientes porque se siguen incumpliendo las prescripciones de la AAI de 2005, así como de las sucesivas modificaciones de la autorización en 2011, 2013 y 2016».

«La multiplicidad de olores generada mediante operaciones de apertura de dispositivos de confinamiento, evacuación y/o limpieza temporal y de movimientos inadecuados de materiales de alta carga odorífera así como por la incapacidad de eliminación de los picos de carga odorífera propios de procesos u operaciones no continuas (filtración y/o combustión) indican que el tratamiento de los residuos urbanos y otros de origen desconocido en la planta no es adecuado ni sostenible», añade.

El estudio, finalizado el pasado 31 de marzo y basado en mediciones realizadas en julio de 2017 sobre la contaminación odorífera, concluye que «ha quedado demostrado de nuevo que no existen otras fuentes emisoras de malos olores, aparte de la planta, que puedan ser consideradas como responsables de la contaminación odorífera en la zona norte de El Campello por lo que después de los años transcurridos, la administración competente debería replantearse su mal funcionamiento y eliminar las consecuencias sociales que conlleva tanto respecto al impacto odorífero como para la salud».

Insiste en que «la salud y el confort de las personas son derechos fundamentales y por ello, Socioenginyeria ha empleado las mejores técnicas disponibles (MTD) para concluir que continúa existiendo una contaminación odorífera muy significativa en la zona norte de El Campello. Nuestra obligación profesional es advertir a los responsables y así lo hemos cumplido, de forma independiente e imparcial».

Réplica

Por su parte Cynthia Alavés, edil de Medio Ambiente y presidenta del Consorcio de Basuras Mare, del que depende la planta, manifestó a este medio desconocer la existencia de este informe y cómo se ha elaborado, aunque señaló que «no necesitamos un estudio para saber que huele. Ya lo sabemos, pero me extraña mucho que los olores sean los mismos ahora que en 2011», y destacó están tomando medidas que van bien encaminadas a solucionar este problema.

Del mismo modo recordó que recientemente se ha hecho público el estudio sobre emisiones químicas de la Conselleria que reclamaban los vecinos, y que concluye que la emisión de tóxicos es «muy moderada», aunque los afectados denuncian que la metodología empleada no ha sido la adecuada y no es representativo.