Luisa Pastor se lleva con ella varios tesoros. Pidió ser enterrada con algunas de las posesiones que guardaba en una caja. Tres estampas, la de San Leopoldo, «de quien tomó la preocupación por los más desfavorecidos»; la de la Santa Faz, el referente para los alicantinos; y la del Patrón, San Vicente Ferrer. También la carta de amor que en mayo de 1968 le escribió a su marido, José Ramón García Antón. Unos detalles que desveló el párroco Miguel Ángel Cerezo.