San Vicente del Raspeig recreó ayer con brillantez las batallas que se libraron en la Reconquista, durante la cual los reinos hispánicos cristianos recuperaron los dominios ocupados por los mahometanos. Así, comandados por Los Astures, el bando de la cruz ha puesto fin a la rebelión sarracena que desde la medianoche del pasado sábado mantenía ocupado el castillo. «San Vicente ha de volver a la cristiandad; y el moro, a sus desiertos», se proclamó antes de la pelea, cuerpo a cuerpo, que culminó con la rendición mora.

Con mucho público y antes de que arreciara el viento de poniente, la Embajada Cristiana puso el broche de oro a las fiestas de Moros y Cristianos de San Vicente. Y es que, las Patronales continuarán hasta este domingo. Con el éxito de la representación de la reconquista garantizado por la experiencia organizativa de la Unión de Comparsas Ber-Largas junto a los servicios municipales, entre la comunidad festera sólo había incertidumbre y cierta inquietud por los resultados de la aplicación de la nueva normativa sobre el uso de la pólvora. «Creemos que San Vicente se ha adaptado bien a las nuevas normas y a la vista queda que las embajadas no han perdido espectacularidad ni sonoridad», declaró la concejal de Fiestas, Asunción París, momentos después de que los cristianos se hicieran con la fortaleza.

Por su lado, el alcalde, Jesús Villar, que siguió la Embajada acompañado por las Reinas de las Fiestas, resaltó la «importancia de las fiestas para los habitantes de San Vicente y su relevancia socioeconómica para la ciudad en su conjunto», y animó a los vecinos y visitantes a que participen en los actos del amplio programa de festejos que aún queda hasta el domingo.

Previamente a la pelea a los pies del castillo se libró una batalla de arcabucería, con los cristianos en la calle de Alicante, esquina con Jorge Juan y los moros en la avenida Ancha de Castelar, esquina con la calle Trafalgar. Varios cientos de aleccionados festeros estaban acreditados para disparar sus avancargas. Y bien que lo hicieron, la mayoría hasta agotar los dos kilos de pólvora autorizados por cabeza.

Como es tradicional, la toma de la fortaleza se realizó representando antiguos textos, con el embajador cristiano y el defensor del castillo del bando de la media luna intercambiando palabras amenazantes. Se conmemora así el período de rebeliones sarracenas, ataques de piratas berberiscos y la expulsión de los moriscos que tuvo lugar en el siglo XVII, época en la que, en algunos casos, tienen ya su origen los albores de esta celebración.

Con todo, la Embajada Cristiana, en la que han asumido protagonismo los cargos de este año pertenecientes a las comparsas Astures, Pacos, Almogàvers y Almorávides, ha sido hoy el acto central de las fiestas Patronales y de Moros y Cristianos de San Vicente del Raspeig, tras la festividad de ayer del patrón de la localidad, San Vicente Ferrer.

Ayer por la tarde también tuvo lugar la charanga festera, un divertido desfile de desfraces en el que participaron las Reinas de las Fiestas y sus Cortes de Honor, las comparsas y los vecinos. El pasacalles se inició en la calle Alicante, continuó por Ancha de Castelar y la avenida de la Libertad y finalizó en la plaza del Castillo.

Fiestas Patronales

Si bien las fiestas de Moros y Cristianos han concluido, los festejos Patronales continúan hasta el domigo. Hoy, a las 18.00 horas, los regocijos populares tendrán lugar en la plaza de España, con concursos de dibujo y redacción para los niños que participen. Los premios que se otorguen se publicarán en el Libro de fiestas del próximo año. Asimismo, a las 19.30 horas, se celebrará el baile del farol infantil en la misma ubicación.