San Vicente del Raspeig vibró en la madrugada del sábado con la Embajada Mora, la única de la Comunidad Valenciana que se representa por la noche y que este año cumple su 30 aniversario. En un año además en el que se trató de que los efectos especiales tuvieran un protagonismo especial.

Este año la Embajada Mora se retrasó media hora y comenzó a las doce de la noche, dando tiempo a las comparsas cristianas a reponerse de la gran Entrada que protagonizaron por la tarde.

La Embajada Mora recrea la conquista de las tierras de San Vicente por las tropas de la media luna en el que se dan cita cientos de sanvicenteros, y entre ellos, el alcalde, Jesús Villar, la concejal de Fiestas, Asun París, la Reina de las Fiestas, Patricia Aparicio, y de la Primavera, Carmen Martínez, acompañadas por sus Cortes de Honor.

"Este es uno de los actos más peculiares y característicos de nuestras fiestas que marcan la identidad festera de nuestro municipio" destacó el alcalde. Por su parte, París señaló que "la singularidad de la Embajada Mora es uno de los elementos principales de las Fiestas Patronales y de Moros y Cristianos y este año ha brillado entre la música y los efectos especiales con la que nos hemos podido trasladarnos plenamente a la época medieval".

El acto se inició con la llegada al castillo medieval de las tropas cristianas al mando de las cuales iba la capitanía de los Astures, al mismo tiempo que el sonido del disparo de los arcabuces se escuchaba a lo lejos. Unos minutos más tarde llegó el emisario moro a lomos de un caballo, y a continuación los cargos de la media luna. Tras un cruce de palabras entre el capitán moro de la comparsa Pacos, Juan Ramón Villa y el capitán cristiano Juan Jesús Jiménez, ambos bandos se retaron a un combate por el reino de las tierras sanvicenteras.

El ataque de un grupo de sarracenos sobre caballos fue el preludio de la batalla, pero antes de ello, el olor a pólvora daba el aviso de la llegada de los arcabuceros, quienes realizaron su recorrido principal por la Avenida Ancha de Castelar y de la Libertad para llegar al castillo.

Tras el espectáculo de arcabucería, en el que se emplearon 250 kilos de pólvora, tuvo lugar la lucha cuerpo a cuerpo entre cristianos y moros. Capitanes, abanderados y capitanes infantiles se enzarzaron en una guerra en la que los ataques al castillo con cañones, el rescate de uno de los participantes de una torre o el asedio a la fortaleza medieval fueron algunos de los efectos especiales que marcaron la Embajada Mora a cargo de especialistas de Legend Especialistas.

El bando moro tomó el castillo alzando su bandera y colgando sus pendones de la media luna sobre las torres. Suyas serán las tierras de San Vicente hasta el martes 10 de abril, día en el que se celebrará la Embajada Cristiana y con ella la recuperación de la fortaleza medieval por parte del bando de la cruz.