? Francisco Antonio Ramíre asegura que su pesadilla comenzó en 2012 cuando sufrió un accidente de tráfico. Trabajaba en el sector de la construcción como pulidor de suelos, un empleo que afirma ahora no puede realizar por los daños que tiene y que, asegura, le impide realizar el trabajo para el que estaba cualificado. Trabajaba por cuenta ajena y exigió a la Seguridad Social la incapacidad permanente que le denegó en abril de 2013 y él recurrió al considerar que sus lesiones justificaban dicha incapacidad y ganó el juicio.

El juzgado de lo Social le reconoce el derecho a percibir un anticipo del 50% de la prestación que le corresponde. Y ello con efectos retroactivos de 30 de diciembre de 2014. El juzgado ha requerido dicho pago hasta en tres ocasiones.