Un acuerdo a cuatro bandas va a permitir rescatar de su avanzado estado de deterioro el retablo del siglo XVIII de la Iglesia de Aigües, en cuya restauración se van a invertir unos 450.000 euros. El Ayuntamiento ha logrado implicar no solo a la Generalitat, con la que ya había un compromiso desde 2011, sino también a la Diputación y al Obispado para desbloquear la rehabilitación de la «Visión de Porciúncula» de Fray Antonio de Villanueva, según explicó el alcalde Mario Calvo (PSOE).

Se trata de un proyecto complejo, ya que este gran lienzo, compuesto por dos piezas de tres por seis metros cada una, será trasladado este año hasta el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración (Ivacor), en València, donde permanecerá entre los 16 y 18 meses que durarán las tareas de restauración.

Pese a que esta actuación fue anunciada en 2011 y en abril de 2015, a las puertas de las elecciones, la anterior alcaldesa, Mariluz Iborra (PP), hizo público que arrancaría en breve y que se realizaría in situ, sin necesidad de trasladarlo a València como inicialmente se había planteado, la intervención ha estado bloqueada hasta ahora. El actual primer edil señaló que cuando accedieron a la Alcaldía se encontraron con este proyecto completamente parado. Calvo manifestó que «había voluntad por llevarlo a cabo pero estaba paralizado», iniciando contactos con responsables de la Conselleria de Cultura para sacarlo adelante, dado el gran valor del lienzo, único en la provincia por su tamaño y características.

El alcalde destacó que finalmente el Ivacor asumirá la rehabilitación y un traslado que desde el principio le manifestaron que era imprescindible para realizar una correcta restauración, aunque ello conlleva un encarecimiento al tratarse de una operación muy delicada por su estado y su gran tamaño.

El coste que afronta la Generalitat supera los 300.000 euros, pero para hacer realidad la reforma se necesitaban unos 115.000 euros adicionales, y para ello el Ayuntamiento ha recurrido a la Diputación, que se ha comprometido a sufragar esta cantidad del remanente de tesorería del pasado año. Calvo afirmó que en las próximas semanas la Diputación concretará esta aportación, que únicamente falta por aclarar si será en una sola anualidad o en dos, lo que tampoco supone obstáculo, ya que las tareas se alargarán año y medio, agradeciendo el alcalde la implicación de esta institución en el proyecto. Y anunció que en momento que se tenga ese dinero se procederá al traslado de la obra a València para iniciar este mismo año ya los trabajos.

Último escollo

Pero aún quedaba un último escollo, que tampoco se había contemplado antes, y es referente al mal estado de la pared donde se ubica el retablo. Y es que los técnicos han alertado que el gran deterioro que sufre el lienzo viene en buena parte por las humedades que sufre la fachada trasera. Por ello contactaron con la parroquia, dueña del retablo y del templo, para que se comprometiera a reparar la pared para evitar futuros problemas que echaran por tierra la restauración.

Calvo explicó que inicialmente el Obispado propuso acometer la obra al 50% con el Ayuntamiento, pero el alcalde dejó claro que la Corporación carece de fondos, recordando el esfuerzo del Ayuntamiento en que se lleve a buen puerto la restauración de un retablo que es propiedad de la parroquia. Finalmente el Obispado, tras unas catas, ha accedido a acometer la obra con fondos propios, con un coste de entre 15.000 y 18.000 euros, que arrancarán en el momento en el que se traslade el lienzo a València.

Calvo destacó que el retablo está muy deteriorado, y que los daños han ido a más en los últimos tres años, por lo que hasta que los técnicos no lo bajen y lo analicen en el laboratorio no se conocerá con exactitud el alcance de los desperfectos.

Este lienzo sobre lino, obra del pintor y arquitecto Fray Antonio de Villanueva , fue finalizado en 1770 y la Marquesa de Bosch lo donó a la parroquia, gozando de una gran veneración por una parte de los aigüeros, preocupados por su avanzado deterioro. La restauración del Ivacor que se anunció en su día consistía en una actuación de conservación preventiva, interviniendo sobre el soporte textil, para devolverle su estabilidad, y sobre los estratos pictóricos, con el fin de devolver al conjunto de la escena religiosa el color y estado primigenio que el pintor concibió hace ya 250 años.