Setenta y seis alumnos de Educación Infantil del colegio Cristòfol Colom de Xixona llevan desde principio de curso sin columpios en el patio de recreo. Sólo tienen arena, cubos y palas de la playa y cuatro balancines para todos los niños del curso que apenas pueden utilizar, como máximo, en turnos de unos dos minutos. El problema se remonta al pasado verano cuando, en una inspección rutinaria, el Ayuntamiento elevó un informe a la inspección de Educación: los columpios no cumplían la normativa. Así que se retiraron durante el mes de agosto con el compromiso, en cualquier caso, de reponerlos antes del arranque del curso, una promesa que luego no se cumplió.

Antes de que se pudiera autorizar la instalación de los nuevos columpios, el proceso se paralizó por la jubilación de la inspectora. El expediente se traspasó a un sustituto provisional que, a su vez, se marchó sin resolver tampoco el problema. La llegada de un inspector a ese puesto de forma definitiva dilató aún más el conflicto. Volvió a ser informado de la tramitación pero sin resolverse. Actualmente, el procedimiento se encuentra en la oficina técnica y los 76 niños de Xixona continúan a la espera y sin solución, tal y como denuncian los padres.

Los alumnos, como se aprecia en la imagen que acompaña a esta información, están sin mobiliario lúdico en el patio del colegio. «Son condiciones muy desfavorables», se quejan los afectados. El caucho en el que estaban colocados los columpios está deteriorado con socavones que, como alertan padres de algunos de los niños, generan riesgo de caídas. De forma provisional, los docentes que atienden a este grupo de alumnos de Infantil han conseguido palas y cubos de playa para jugar con la arena -cada vez menos- que queda en el patio de este colegio de Xixona. Durante los 45 minutos del recreo, los niños, además, pueden utilizar cuatro balancines de «segunda mano» que se han retirado a su vez de otros espacios públicos. Salen, como máximo, a dos minutos de uso por cada uno de los niños.

Los padres, según algunos de los afectados, no se oponen a que este grupo niños jueguen también con la arena. Pero reclaman los columpios que les prometieron. «No puede ser que la arena sea el único recurso. En estos meses de frío y con la humedad del suelo, pasan mucho tiempo sobre la arena y han aumentado los resfriados», apuntan los afectados que no descartan iniciar una campaña con posibles donaciones de juguetes desde el exterior.