Un estudiante de 14 años ha sido agredido junto a su instituto en Sant Joan d'Alacant después de haber denunciado que un compañero llevaba tiempo sufriendo acoso escolar. El estudiante fue increpado por el agresor, que iba acompañado de otro joven, a la salida del instituto y le propinó patadas y puñetazos después de llamarle «chivato», según el relato de la madre del joven, Virginia Tovar. La mujer ha interpuesto una denuncia en la Guardia Civil contra el otro estudiante por las agresiones que sufrió su hijo.

Critica que no se activó un protocolo de protección inmediato en el momento que su hijo desveló el caso de bullying y cree que deberían haberla llamado de inmediato para advertirle de lo que había hecho. «El sistema no está funcionado. Animan a denunciar pero luego qué. Mi hijo decidió hacer justicia y tenían que habernos avisado porque podía haber represalias. Ahora todo el centro sabe que le han pegado y todos creen que es mejor no denunciar».

El chaval agredido decidió advertir del acoso al que estaba sometido otro niño de su edad por otros chicos del instituto y de otros centros del municipio. Se dirigió al jefe de estudios del IES García Berlanga para explicarle lo sucedido. «Eso fue por la mañana. A la salida del centro a las dos de la tarde dos jóvenes de la misma edad que mi hijo se acercaron a él en la puerta exterior y uno le dijo en tono amenazador «De qué vas contando que vamos pegando a ...(el nombre del niño agredido)». En el relato que hace la madre, explica que su hijo les advirtió que la Policía Local estaba allí cerca y estos se fueron. Pero le esperaron unos metros más adelante, donde finalmente uno de ellos se encaró con él y le pegó. Otro chico de 4º llegó a poner orden y el agredido aprovechó para volver al instituto desde donde llamó a su madre. «Eran las dos y veinte y el jefe de estudios me dijo que le habían pegado. Cuando hablé con él estaba angustiado, llorando. Un tiarrón de 1.85 metros, 90 kilos de peso y que hace kickboxing» y del que se enorgullece porque dice, no empleó la fuerza y sólo aguantó los golpes.

La madre está indignada porque, asegura, se banalizan los actos de violencia juvenil y recuerda que hace poco dos chavales de 14 años mataban a golpes a una pareja de ancianos en Bilbao. «Cuando informamos a la madre y al padre del joven agresor que habíamos solicitado parte de lesiones y puesto denuncia ante la Guardia Civil quisieron quitar importancia al asunto diciendo que seguramente fueron unas collejas y empujones, cosas de críos».

La mujer, muy sensibilizada con el tema porque es trabajadora social y ha sido educadora de jóvenes en libertad vigilada, asegura que a pesar de la insistencia de los otros padres para que retire la denuncia no lo va a hacer. «Animo a los padres a que no banalicen con lo que hacen sus hijos. La justicia de menores es educativa, no le va a quedar huella, pero debe asumir sus actos», advierte.

La mujer denuncia la indefensión en la que se encuentra su hijo que durante la agresión no fue socorrido por ninguno de los padres de otros estudiantes que pasaban por la zona en coche. «Mi hijo me dice que pitaban, pero nadie bajó a ayudarle», cuenta. Y lamenta que el mensaje que todos los compañeros del instituto han recibido con lo que le ha pasado es que «es mejor no abrir la boca ante un caso de acoso, porque si no te pegan».

Virginia Tovar advierte de que «algo falla en el protocolo de prevención del bullying porque no puede ser que un adolescente que decide alzar la voz en defensa de un compañero que sufre violencia sea agredido por ello».