Una fiel radiografía de cómo era Xixona en 1887. El Ayuntamiento ha editado el libro «Xixona entre dos èpoques. El Nomenclátor de la ciudad de Jijona en 1887», que desde la pasada semana está siendo distribuido de forma gratuita entre los vecinos y que recupera un documento de gran valor que se conserva en el Archivo Histórico Municipal. Se trata del Nomenclátor realizado en 1887, un censo de todo el municipio que recoge, casa por casa, el número de familias que las habitaban, las actividades económicas que se desarrollaban en algunas de ellas, su tipología... además de recopilar los nombres por los que entonces se conocían las calles, fuentes, partidas y montañas. Todo un viaje al pasado mediante un regalo del que se han hecho 2.500 copias, según explicó la edil de Cultura Rosa Arques, y que se ha convertido ya en toda una tradición, ya que desde hace una década el Consistorio obsequia a los empadronados con una obra relacionada con la historia, tradiciones o naturaleza de Xixona.

El libro ha sido elaborado por el archivero municipal, José Bernabé, que propuso al Consistorio acometer esta obra, y por la técnico de Cultura Marisa Francés. Bernabé realiza un estudio general del documento, explicando detalladamente su contenido, mientras que Francés realiza una aproximación lingüística y onomástica al mismo, por el valor que aporta en forma de nombres de lugares y sus orígenes. Y también incluye la reproducción en facsímil de las 69 páginas del Nomenclátor, que además pasa por ser un escrito único, ya que no parece que existan manuscritos similares en otros municipios, salvo cierto parecido en cuanto a su contenido con el de la ciudad de València de 1876.

Pese a que este documento surgió como un catálogo de los núcleos y entidades de población existentes, el Ayuntamiento de Xixona fue más allá de una simple relación de entidades demográficas y «mandó elaborar un libro manuscrito donde se ordenan todos los nombres propios de la ciudad y de su amplio término: calles, edificios públicos, fabriles y comerciales, masías, ermitas, fuentes, montes... Nada quedó fuera de este magnífico repertorio de toponimia. La precisión y el trabajo llegaron a tal punto que recogieron todas las denominaciones de las viviendas y construcciones rurales, innumerables en una época donde el campo el campo estaba muy habitado y las gentes vivían sobre de la agricultura y la ganadería», según explican los dos autores del libro en la propia obra, a modo de presentación.

Y destacan además que los responsables municipales, el alcalde Rafael Aracil y el edil de firmó el manuscrito, Antonio Coloma, quisieron que además de útil el Nomenclátor tuviera «una presentación formal impecable y fuera algo más que un simple documento. Es por ello que se redactó con siguiendo una esmerada caligrafía y una precisa organización textual, con cuadros de datos, resúmenes estadísticos y notas a pie de página, que lo asemejan más a un libro impreso de la época. Para completar esta apariencia de libro, se le añadió un Prólogo con una exposición de motivos y un Preliminar donde se resumían los acontecimientos urbanísticos, históricos y geográficos más destacados».

A caballo entre dos épocas

Los autores resaltan el valor del Nomenclátor «para comprender una época clave de la historia de la localidad, a caballo entre dos mundos: el tradicional y el moderno», y que por otra parte «contiene una carga evocadora indudable, de enorme valor para la memoria afectiva del pueblo de Xixona, pues en él se recogen los lugares y nombres tradicionales de su tierra, muchos de los cuales aún perviven».

Un repaso al facsímil permite averiguar en cada casa de cada calle cuántos pisos tenía y cuántas familias vivían, y si allí se realizaba algún tipo de actividad como horno de pan, tienda, corral, fábrica de jabón, posada, abadía, casino, almazara... o bien se trataba de una ermita, iglesia, capilla, cuartel, etc. Y también recoge las partidas rurales y su población, detallando el número de familias, la distancia kilométrica con el casco urbano y hasta el nombre por el que era conocida la masía.

Con este libro se completan ya 10 años en los que el Ayuntamiento edita y regala tras las navidades a cada familia empadronada un obra relativa a las tradiciones, historia, cultura o naturaleza de Xixona. En 2017 fue un libro que recorría las 42 montañas del término municipal, con su ubicación, origen, mapas y rutas de senderismo. Todo con el objetivo de poner en valor el municipio y su historia y darlo a conocer para que no se pierda.