Ni Alicante, ni Sant Joan, ni El Campello, ni Xixona, ni Mutxamel, ni Agost tienen aprobadas las cuentas para 2018 antes de que acabe el año, y ni visos de hacerlo en lo que queda de semana. Sólo San Vicente del Raspeig ha logrado lo que el resto no ha conseguido, dar el visto bueno en el mes de diciembre a los presupuestos de 2018 un hecho que, como elogian la alcaldesa de Xixona, Isabel López, y el alcalde de Sant Joan, el también socialista, Jaime Albero, es «todo un mérito». Un logro «independientemente de cómo ha sido», apostilla Albero, en referencia al apoyo recibido en San Vicente de los dos concejales no adscritos, ya que el tripartito está en minoría porque, como añade: «Negocias para que te den los números, no se trata de lograr una victoria política, es dar servicio a los ciudadanos».

El caso paradigmático es el de El Campello que trabaja con los presupuestos de 2014 prorrogados y aunque el objetivo era tener las primeras cuentas de este gobierno en diciembre, no ha podido ser. El cuatripartito formado por Compromís, PSOE, Partido del Campello y el exedil de Demòcrates-Els Verds David Alavés confía en hacerlo en enero.

Otro gobierno plural, el de Sant Joan d'Alacant, tampoco ha podido darle el visto bueno a unas cuentas que estaban listas en septiembre. El alcalde admite además que ve difícil aprobarlas para 2018. Un presupuesto que «nos tumbó la oposición en bloque: PP, Compromís y Ciudadanos» y «si nos atenemos a la oposición destructiva que están haciendo, me temo que no se van a aprobar». Sant Joan trabaja actualmente con las cuentas de 2016 prorrogadas. «Veo difícil la aprobación, pero lucharemos hasta enero. Lo que no vamos a hacer es estar 9 meses negociando para luego no aprobarlos por una diferencia de 8.500 euros», añade.

En Xixona donde gobierna el PSOE y Més Xixona su alcaldesa explica que mantienen la línea de los últimos años de aprobar los presupuestos con el año iniciado y mantener prorrogados los anteriores, porque asegura «estamos ultimando detalles para iniciar conversaciones con los grupos políticos», explica Isabel López, para quien es importante que las cuentas tengan consenso del resto de grupos: PP, Cs y Compromís. «Trabajar con los presupuestos prorrogados nos permite aprobar las cuentas con números más definitivos, porque influyen las urgencias, las subvenciones que llegan, también los presupuestos del Estado. Afectan muchos datos». La alcaldesa de Xixona confía en poder llevar los presupuestos a aprobación en el pleno de enero.

En Mutxamel donde gobierna en minoría el PP, los presupuestos tampoco se han aprobado. El equipo de gobierno no ha logrado consensuar con la oposición las cuentas que han sido rechazadas y el actual equipo de gobierno prorrogará los actuales presupuestos.

Por su parte, en Agost también confían en darles el visto bueno en enero a las cuentas que permitirán desarrollar los proyectos para 2018. El equipo de gobierno está formado por PSOE y AIA Compromís per Agost, y el PP está en la oposición. El alcalde, Luis Vicente Castelló, de AIA reconoce que «queríamos aprobarlos en diciembre pero como está todo sin cerrar serían más irreales». Castelló explica que la oposición los tendrá antes y reconoce que poco van a variar del año pasado, cuando manejaron 3,5 millones, a éste, que podría ser menor al bajar el valor catastral y recaudar menos de IBI. «Los gastos e ingresos son los que hay», y adelanta que habrá «algunas inversiones nuevas para seguir mejorando el pueblo».