Nueve meses después de aparecer grietas en uno de los túneles de la segunda circunvalación de Alicante, por fin han arrancado las obras. La concesionaria Ciralsa ha empezado recientemente los trabajos para sellar las fisuras detectadas en la bóveda de uno de los conductos del túnel de Brotons de la AP-7, en San Vicente, según han informado fuentes del Ministerio de Fomento a través de la Subdelegación del Gobierno.

Desde Ciralsa no quisieron facilitar a este medio detalles la pasada semana sobre la intervención, y pese a que aseguraron que las obras se llevan a cabo desde hace tiempo, desde la Dirección General de Carreteras señalaron que los trabajos se han puesto en marcha hace unas pocas semanas, aunque no disponían de más datos. La concesionaria se limitó a manifestar en cuanto a plazos que se espera abrir al tráfico lo antes posible.

Estas grietas se han detectado a los nueve años de la inauguración de la segunda circunvalación, que es una de las nueve autopistas en quiebra que el Gobierno central tiene previsto rescatar el próximo 15 de enero, para volver a sacar su explotación a concurso.

Aunque desde Ciralsa el secretismo sobre este incidente ha sido absoluto, ya que incluso el pasado verano aseguraban a este medio que se trataba de unas simples obras de mantenimiento que ya se estaban llevando a cabo y que por ello estaba cerrado el túnel, desde Fomento aclararon en julio el alcance del problema, explicando que en marzo, tras un episodio de fuertes precipitaciones, se detectaron fisuras en algunas dovelas de la bóveda, con una evolución muy rápida. Tras localizar estas grietas la concesionaria cerró al tráfico el tubo sentido València, como medida de precaución, por lo que por el otro conducto, de dos carriles, están pasando desde entonces ambos sentidos con la velocidad reducida a 60 km/h durante tres kilómetros.

Fomento también informó en julio que se estaba investigando el origen y la posible solución de la patología, encargándose un estudio a una consultora especializada en el dimensionamiento del refuerzo y de las medidas de estabilización del relleno, para poder realizar posteriormente la ejecución de las obras, que por fin han arrancado ahora.

El túnel de Brotons de la AP-7 tiene 450 metros y sus conductos, uno para cada sentido, son independientes. Se trata de un falso túnel, excavado a cielo abierto y con relleno posterior, lo cual hace más complejo este caso de grietas.

El corte de tráfico afecta al tramo entre los kilómetros 687 y 690, ya que por seguridad vial el cierre en dirección València arranca ya en el cercano túnel de San Antón, que en este caso sí que es un túnel excavado en la roca, donde sólo hay un carril operativo en sentido València.