Los dos ediles tránsfugas permitieron ayer al tripartito de San Vicente sacar adelante las cuentas para 2018, las primeras tras perder la mayoría por la expulsión de Sí Se Puede del ejecutivo que dirige el socialista Jesús Villar. Unos presupuestos que desde el equipo de gobierno de PSOE, Compromís y Guanyar destacan que incrementan el gasto social, congelan los impuestos y aumentan la inversión.

El tripartito, que cuenta con 11 votos hasta que se incorpore el nuevo edil que sustituya al dimitido portavoz del PSOE Manuel Martínez, necesitaba para aprobar su proyecto que al menos uno de los dos ediles no adscritos lo apoyaran, o que se abstuvieran ambos, ya que un empate lo resolvía el alcalde con su voto de calidad. La oposición la forman PP (7), Sí Se Puede (2) y Cs (2), que suman 11, a los que hay que sumar los ediles no adscritos Auxi Zambrana (ex de Sí Se Puede) y Juan Manuel Marín (ex de Cs). Y los dos concejales tránsfugas prestaron su apoyo al tripartito para sacar sus cuentas más difíciles, después de que hace unos meses la expulsión de Sí Se Puede dejara al ejecutivo en minoría, en manos de la oposición. Pero en ella han encontrado a dos aliados que han permitido salvar los presupuestos de 2018, aunque en la sesión celebrada anoche no argumentaron su voto favorable, ya que no intervinieron.

Las cuentas contemplan 40,8 millones de euros en ingresos y 37,7 en gastos, y desde el tripartito destacan que se «mantienen y potencian las principales prioridades del gobierno municipal: las políticas sociales, las políticas económicas, el mantenimiento de la ciudad y las inversiones. La deuda pública prácticamente se queda a cero y las inversiones, entre ordinarias y sostenibles, alcanzan los ocho millones de euros».

«Estos presupuestos son un punto de inflexión muy importante. Con ellos desaparecerá la deuda que viene arrastrando San Vicente desde hace muchos años, algo que posibilita que la ciudad pueda disponer de mayor dinero para seguir invirtiendo en infraestructuras, favoreciendo con ello un crecimiento sostenible del municipio», manifestó el concejal de Hacienda, Alberto Beviá (Guanyar).

Desde el PP justificaron su rechazo a las cuentas en que «no han incluido ninguna de las reclamaciones que hemos ido realizando a lo largo del año. Por eso tampoco hemos presentado enmiendas». Sus principales reivindicaciones eran una rebaja del IBI, para la que aseguran había tiempo cuando se aprobó su moción. También reclamaban incluir la construcción del colector para aguas pluviales que sí que se ha respaldado en las Cortes, además del Bono Joven para el bus y el Tram. También recordaron que para las cuentas de 2017 se abstuvieron dado que se incluía una importante partida de inversiones de más de 4 millones, pero finalmente se han quedado más de dos millones sin ejecutar por su mala gestión.

Por su parte, Sí Se Puede señaló que hasta última hora lo han intentado todo para respaldar las cuentas pero «nos han cerrado todas las puertas». Explicaron que presentaron 11 enmiendas para que se contemplaran en las cuentas lo que se había decidido en los presupuestos participativos y en las mociones aprobadas, para «cumplir así con las obligaciones adquiridas», pero pese a que se reunieron con el alcalde, accedieron a reducirlas a siete e introdujeron cambios que representaban modificar el 80% de su contenido, lamentando que fueron tumbadas por un «error de forma» con un informe municipal. Y criticaron la «poca ética del tripartito», al apoyarse ayer en dos tránsfugas.