Con el cansancio marcado en el rostro y la satisfacción iluminando sus ojos, el pelotari campellero, cinco veces campeón del mundo, ha retornado de Colombia con un bagaje repleto de emociones y momentos inolvidables.

Para la «banca» de la selección valenciana-española, que consiguió el título en el IX Campeonato Mundial de Pelota a Mano, disputando del 18 al 26 en Colombia, este ha sido el torneo más emotivo y sentido de su carrera, iniciada en 1992, cuando a sus 22 años participaba en los Juegos Olímpicos de Barcelona, junto a figuras míticas como Genovés y Sarasol.

Alejado de la selección desde 2007 y retirado de la competición en 2012, volvió el año pasado a la competición y tras realizar una excelente temporada con el Club de Pilota del Campello, del que es presidente, el seleccionador nacional, Pigat, echó mano de su condición técnica, su coraje y su veteranía para revalidar un título que se resistía desde 2004. Y a fe que no se equivocó.

«Nunca imaginé volver a estar en la elite de la pelota y agradezco a directivos y técnicos su confianza. Afortunadamente el juego y los resultados nos han sido propicios y, tras 13 años, hemos logrado revalidar el título mundial. Ha sido una experiencia maravillosa volver a estar concentrado, con unos compañeros algunos de ellos (con los que compartía habitación) que podían ser mis hijos. El buen ambiente, la camaradería y el optimismo que emanaban todos los miembros del combinado valenciano no los había vivido nunca», afirma Martines.

Si la atmósfera interna era inmejorable, el ambiente de la calle era festivo y cuidadoso, según el veterano pilotari: «En toda la ciudad de Pasto (Nariño, Colombia), donde se celebró el campeonato, se vivía con intensidad tan extraordinario evento. Tanto las delegaciones más experimentadas, caso nuestro, de Bélgica, Holanda o Italia, como las noveles, Inglaterra o Euskadi, alucinábamos con la admiración y la cortesía con que éramos tratados, no sólo por la autoridades, deseosas de promocionar Colombia, (para dejar atrás la imagen del narcotráfico) sino por la gente del pueblo. Nos paraban por la calle para pedirnos autógrafos y fotografiarse con nosotros. Nos sentíamos unos ídolos, como Messi o Cristiano. Y es que los colombianos son muy aficionados a la "chaza", su deporte nacional, que es muy parecido a nuestro juego de pilota a "llargues", y la gente lo jugaba por todas partes y a todas horas. Una pasada».

Martínez, que en pleno campeonato, el día 25, cumplió 48 años, está considerado junto a Tonico de Murla uno de los mejores «saques» de la historia y ya contaba en su haber con una Olimpiada, cuatro campeonatos de Mundo, otros tantos de Europa, además de diez títulos de la Lliga y una Champions League d'Europe. Con este quinto entorchado mundial logrado hace una semana, este campellero entra a formar parte de los mitos de la pelota a mano mundial.