El Ayuntamiento de Xixona ha paralizado unas obras de demolición de una vivienda abandonada en el Casco Antiguo para evitar daños en las casas colindantes. El Consistorio estudia ahora las actuaciones necesarias para garantizar la seguridad de los inmuebles anexos y poder continuar con este derribo, que inició la Corporación ante el peligro que representaba su estado de ruina.
La edil de Urbanismo, María Teresa Carbonell, explicó ayer que las obras las comenzó el Ayuntamiento el 15 de noviembre en el número 8 de la calle Abadía, tras tramitar esta actuación el propio Consistorio tras comprobar que no figuraba dueño conocido de la vivienda y ante el riesgo que suponía para la vía pública. Pese a que según el Catastro solo lindaba con una vivienda de la calle Colomers -el vial de encima-, tras iniciarse la demolición la técnico responsable de la obra detectó tras una revisión que había otras afecciones, descubriendo por las especiales características del Casco Antiguo y sus escalonadas construcciones afectaba a tres casas, una habitada, otra reformada y una tercera abandonada sin dueño, donde hay un muro en mal estado que de seguir con el derribo pondría en peligro la estabilidad de las tres casas.
Por ello se ha parado la obra, comunicado a las dos viviendas la situación y pedido presupuesto por si la Corporación tiene que ejecutar las actuaciones necesarias para solucionar esta situación, que una parte tendrán que ser sufragadas por las dos casas con dueños conocidos y el resto por el Consistorio. El Ayuntamiento está a la espera si los propietarios asumen la obra o si la ejecuta la Corporación para agilizar la actuación. Mientras, la calle Abadía está cerrada al tráfico.
