Los animales también tienen quién vele por ellos cuando se encuentran en dificultades. Un caballo que metió las patas traseras en un hoyo, un águila atrapada en un árbol, palomas en verjas, tórtolas en farolas, serpientes o perros que meten la cabeza en enrejados, gatos en palmeras, zorros...

La lista es tan grande como la de animales que conviven o que están cerca de los humanos y que, como los seres humanos, a veces también se encuentran con problemas y, nunca mejor dicho, meten la pata allí donde no debieran.

El Consorcio Provincial de Bomberos de Alicante actúa de forma habitual en el rescate de los animales en problemas. Uno curioso y reciente ha sido el de una cabra en Agost que se metió en un desagüe y de cuya presencia alertó un perro tras dos días perdida. En Dénia sacaron a una tórtola metida en una farola y en Hondón a un cordero de un agujero.

Las cifras hablan por sí solas. Hasta el momento, los bomberos del Consorcio han realizado 142 rescates de animales entre el 1 de enero de 2017 y el pasado mes de octubre. Durante todo el año 2016 los Bomberos de la Diputación realizaron 113 rescates.

Son espectaculares y, a la vez, cada vez más habituales las retiradas de colmenas de lugares insólitos. En lo que va de 2017 y según cifras del órgano dependiente de la Diputación de Alicante, ya son 80 intervenciones en toda la provincia para eliminar colmenas de toldos, retrovisores, pantalones, persianas, sombrillas de la playa... En 2016 hubo un total de 114 intervenciones.

Desde el Consorcio explican que el despiste de estos insectos es enorme. Las abejas siguen a la reina y es espectacular ver al enjambre seguirla hasta que ella decide dónde será un buen sitio para hacer la colmena. Suelen precisar mucho tiempo porque los bomberos se encuentran con situaciones desquiciantes como ir a retirar una colmena y al llegar al punto que se haya movido unos metros. Y al subir a la terraza donde se las había localizado habían vuelto a desplazarse.

Preparados para la reacción

En todas las actuaciones los bomberos toman especiales precauciones, conscientes de que para el animal atrapado su situación de vulnerabilidad le genera estrés y su reacción puede ser peligrosa. En el caso de las abejas, los profesionales tienen trajes especiales para evitar las picaduras y suelen contar con la ayuda de apicultores de la zona.

Siempre van preparados para la reacción de un animal porque ante situaciones de tensión, suelen reaccionar violentamente al sentirse que pueden ser atacados. Cuentan con material especial de intervención: cuerdas con las que atrapar a un animal sin hacerle daño; guantes resistentes a mordeduras, pinzas... Todos ellos materiales que, tras realizar un estudio para su uso, también han sido consensuados con la Sociedad Protectora de Animales.

Atrapados por su sed

Muchas de las actuaciones que los bomberos del Consorcio han realizado los últimos meses de forma habitual han sido los rescates en balsas con muy poca agua. La suficiente para que un animal se ahogue. El último rescate se producía hace apenas una semana en Mutxamel, cuando un cachorro de gato fue liberado a punto de morir ahogado en una donde había caído cuando intentaba beber. El que los profesionales recuerdan con más cariño fue el rescate de un zorro al que sacaron casi moribundo de una balsa. El animal no opuso ninguna resistencia porque ya no le quedaban fuerzas.

En el caso de las aves, muchas suelen tener enganchada entre las patas algo que luego las deja atrapadas. Es lo que le sucedió a un águila que se quedó atrapada en la copa del árbol de un chalé en Xàbia. Fue una intervención complicada en la que se usó la grúa escalera.

El material de excarcelación se utiliza en los casos en los que los perros meten la cabeza en un enrejado, algo también frecuente.

Los animales tienen sus propios ángeles de la guarda. Bomberos sensibles a lo que les ocurre que llegan incluso a adoptar a los animales que rescatan.