Los vecinos de San Vicente del Raspeig llevan varios meses alertando sobre la presencia de roedores en las calles del municipio, sobre todo en vías del centro como Lillo Juan, General Prim, Maestro Chapí, plaza Santa Faz, Pintor Picasso, Monóvar o Colón. En esta última, el pasado martes por la tarde tuvo lugar un suceso que ha alarmado todavía más a los vecinos de la zona, que están hartos de cruzarse con ratas cuando caminan por la calle.

Una vecina de San Vicente recibió un mordisco de un roedor cuando fue a tirar el envoltorio de un chicle en un contenedor. La mujer, que tuvo que levantar la tapa del depósito con la mano porque el pedal no funcionaba, notó presión sobre la mano y al sacarla se dio cuenta de que el dedo índice de su mano derecha estaba sangrando.

Tras el susto, la vecina se dirigió a urgencias donde los médicos le confirmaron que se trataba de la mordedura de roedor. «Yo en ningún momento vi la rata, fue en urgencias donde me dijeron lo que fue», manifestó la afectada.

Tras practicarle las curas necesarias, los sanitarios le pusieron una primera dosis de la vacuna del tétanos-difteria, una inyección que deberá recibir un total de cinco veces.

La mujer, que se mostró muy agradecida por la atención de los médicos y enfermeras, recibió ayer la llamada de la concejal de Sanidad de San Vicente, Begoña Monllor, de Compromís, quien quiso interesarse por su estado de salud.

Control de plagas

La Concejalía de Sanidad de San Vicente del Raspeig ha encargado a la empresa Lokímica un refuerzo en las actuaciones para el control de plagas de mosquitos, cucarachas y roedores en el término municipal. La edil responsable del área, Begoña Monllor, explicó que se trata de un plan de choque que se realizará para complementar las acciones llevadas a cabo por la Mancomunidad, entidad que tiene asumidas dichas funciones.

El Ayuntamiento recibió hace unos meses un aluvión de quejas por la gran presencia de mosquitos, roedores y cucarachas en la localidad pidiendo que se tomen medidas para acabar con las plagas. Pero lo cierto es que la Concejalía de Sanidad ha gastado, en lo que va de año, solo un 13,97% de la partida de protección de la salubridad pública y prevención para la salud, destinada al control de plagas como la del mosquito tigre y a la organización de talleres y charlas preventivas. Así, de un total de 19.584 euros, el Ayuntamiento ha destinado 3.376 euros a dichas acciones.