Los solares en mal estado son un problema para el Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig y para los vecinos, que son quienes muestran sus quejas. Las parcelas están por todo el casco urbano y aunque la mayoría cumple con la obligación de estar valladas, el paso del tiempo hace mella en ellos y acaban convirtiéndose en escombreras y puntos de suciedad e insalubridad, con el consiguiente peligro de incendio. Y aquellos que están abiertos o con alguna facilidad para entrar, además, son un pipicán improvisado donde se acumula la suciedad y los excrementos de los animales.

La concejala de Urbanismo, Mariló Jordá, reconoce que los solares son un problema y admite que los vecinos denuncian y se quejan de esta situación tan molesta. Cuando el tiempo sin respuesta de los dueños de los solares es elevado el Ayuntamiento se ve obligado a actuar, aunque muchas veces para los vecinos es demasiado tarde.

Por las reiteradas quejas y porque los dueños no han contestado desde hace dos años a los requerimientos municipales, el Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig va a ejecutar de forma subsidiaria la limpieza y desbroce de tres solares que acumulan suciedad, rebosan maleza y resultan insalubres, uno de ello en la céntrica avenida de Ancha de Castelar, en el número 127, porque los dueños no dan señales de vida.

Evitar un incendio

También se va a acometer en breve la limpieza y el desbroce del suelo en la calle Reyes Católicos número 69 y el consistorio también actuará de forma subsidiaria en el solar que hay en la calle Limoneros 32, a petición de la asociación de vecinos de Los Girasoles. «El principal peligro es que se produzca un incendio y los vecinos llevan tiempo pidiendo que se desbroce», reconoce la concejal, Mariló Jordá.

Su área cuenta con 20.000 euros para todo el año con los que poder realizar ejecuciones subsidiarias, una partida que consumirá de sobra, reconoce la edil, quien lamenta que el 90% de los expedientes que abre la concejalía se debe a suciedad, el 10% restante son edificaciones en mal estado o incumplimientos de las normas urbanísticas o construcciones ilegales. En lo que va de año, Jordá explica que el área de Urbanismo ha abierto 120 órdenes de ejecución.

Antes de que acabe el año Urbanismo también va a demoler de forma subsidiaria una nave del polígono industrial Canastell abandonada donde hay había desprendimientos. Jordá señala que la empresa no ha dado señales de vida y por tanto el Ayuntamiento se hará cargo y será Suma después quien reclame al propietario.

Y a principios de 2018 tiene prevista otra actuación que requerirá de un esfuerzo económico, de ahí que tengan que contemplarlos en los próximos presupuestos. El Ayuntamiento va a demoler una granja abandonada y con peligro de derrumbe en Los Girasoles. Se trata además de una petición histórica de los vecinos de esta urbanización. La granja se ha ido deteriorando con los años. En esta ocasión, el Ayuntamiento se hace cargo porque se encuentran en un suelo que es de su propiedad desde hace un mes, según reconoce la concejal. «No podemos pedir a los vecinos que limpien sus parcelas si nosotros no lo hacemos», declara Jordá.

La intervención será costosa y también delicada puesto que será necesario descontaminar al haber amianto entre los materiales del inmueble.