«El bolillo está en expansión, está más de moda que nunca», aseguró Felicidad Alfaro, una alumna de la Asociación de Mujeres Bolilleras de San Vicente del Raspeig que, junto a la monitora Encarna González, viajó hasta la ciudad eslovaca de Presov para representar a la localidad alicantina en el Festival Internacional de Bolillos y Encajes.

Prueba de ello es que incluso los más pequeños se están acercando a la artesanía y la tradición del bolillo, «de hecho San Vicente fue el primer municipio que hizo cursos para niños», explicó Alfaro al alcalde de San Vicente, Jesús Villar, en una recepción oficial en el Ayuntamiento. Así, tal y como manifestó esta bolillera internacional, en el siglo XXI se ha reinventado dicha elaboración y se utiliza también en bolsos, pulseras, collares o abanicos, entre otras utilidades. «Ahora lo que menos hacemos son puntillas», añadió.

Las bolilleras de San Vicente del Raspeig fueron la única representación española en el Festival de Presov, algo que, según Villar «pone de manifiesto el excelente trabajo que hacen desde hace 15 años». «San Vicente del Raspeig es un referente en este arte y me consta que vienen desde toda la provincia de Alicante para aprender de nuestras bolilleras porque cuentan con un gran prestigio en el sector», añadió el primer edil socialista.

El Festival Internacional de Bolillos y Encajes contó con la participación de un total de 17 agrupaciones de países como Bélgica, Rusia, Francia o Hungría. Y, para dejar huella en Eslovaquia, San Vicente contó con un stand que lució el escudo del municipio y la bandera española.

Según la presidenta de la asociación, María Ángeles Aliaga, «el secreto del bolillo está en que te guste». «No te puedes equivocar, todo debe encajar, de ahí el nombre de encaje», argumentó Aliaga. Y es que, históricamente éste era un arte matemático que estaba en manos de los hombres, que trabajaban fundamentalmente con materiales como el oro, la plata y la seda. Unas labores que eran sinónimo de estatus social.

Pero el bolillo contemporáneo ha dejado paso a la creatividad. «San Vicente ha sido un municipio innovador porque fuimos los primeros en meter color en los encajes» explicó Encarna González.

El paso por el Festival Internacional lo calificaron de «muy satisfactorio», sobre todo por «la amabilidad de la gente». Esta experiencia coincide con la celebración del 15 aniversario de dicha asociación local, que se celebrará el próximo mes de noviembre con una exposición conmemorativa.