La Conselleria de Medio Ambiente ha desplegado captadores atmosféricos de sustancias químicas para controlar y estudiar las posibles emisiones contaminantes de la planta de residuos urbanos de Les Canyades en la zona residencial más próxima.

El Ayuntamiento de El Campello informó ayer que se han instalado seis captadores pasivos de químicos en atmósfera en la zona de influencia del vertedero «para estudiar la contaminación ambiental de la zona y su procedencia». En la planta se han colocado dos dispositivos para medir las emisiones, dos más en los aledaños al complejo y dos más en la zona residencial más afectada por los malos olores.

Se trata de una medida solicitada por el Ayuntamiento a la Generalitat, y reclamada por los afectados por los malos olores. La Conselleria ha puesto en marcha esta iniciativa a través de la Fundación del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), que «ha instalado las medidas necesarias para estudiar el impacto de químicos por vía atmosférica con estos captadores, que evaluarán el impacto olfativo y químico y sus consecuencias en el medio ambiente y en la salud de las personas» durante nueve meses. De todas formas, la intención es instaurar un protocolo al respecto y darle continuidad en el futuro a las mediciones.

Fuentes municipales recordaron ayer que en un primer momento, y tras comprobar que el Ayuntamiento no era competente en la materia, se iniciaron las gestiones para que el Consorcio de Basuras Mare o la Conselleria se hicieran cargo de implantar las medidas oportunas para el control de las emisiones de gases provenientes de la planta. Y para conseguir estos objetivos, la edil de Medio Ambiente, Cynthia Alavés, y el alcalde, Benjamí Soler, mantuvieron reuniones de trabajo con los vecinos de la zona afectada y con las dos administraciones para «obtener la solución más rápida y eficiente para controlar las emisiones provenientes de la planta de Les Canyades», comprometiéndose finalmente la Conselleria a llevarlo a cabo.

Desde el cuatripartito destacaron que «fruto de todas las gestiones realizadas llega ahora la implantación de un método de control demandado por la ciudadanía que permitirá, junto con otras medidas ya impulsadas y tomadas desde la Conselleria de Medio Ambiente y desde el Consorcio de Basuras, del cual también es presidenta Cynthia Alavés, un control más eficiente y científico de la planta y de sus emisiones de gases». Entre esas medidas hay que destacar el circuito cerrado de cámaras, instalado meses atrás, por el que la Conselleria controla a través de internet en tiempo real el funcionamiento del complejo.

Los vecinos llevan desde la apertura del complejo en 2009 denunciando no solo los molestos y persistentes malos olores que genera el complejo, sino problemas de salud, sobre todo respiratorios y de reacciones alérgicas a sustancias tóxicas. Es más, un estudio independiente encargado por la Asociación de Afectados por el Vertedero alertó en 2012 de la presencia de sustancias nocivas para la salud en las emisiones del vertedero.

Igualmente, los malos olores se han vuelto a disparar con la llegada de las altas temperaturas y el aumento de los residuos por la campaña estival, y el Consorcio de Basuras ha reconocido que, hasta que no se implanten las mejoras que se ultiman en el plan de gestión, no habrá una mejora clara en la situación, aunque desde FCC, la empresa que gestiona el complejo, insisten en que las molestias son mucho menores que en los primeros años, tras implementar numerosas medidas correctoras.