El Ayuntamiento de Sant Joan d'Alacant se ha propuesto acabar con los molestos mosquitos tigre que durante la temporada estival se concentran en el municipio. Y para ello, la Concejalía de Medio Ambiente ha llevado a cabo una iniciativa sostenible y que, además, favorecerá la recuperación del «avión común», una especie de ave protegida.
En concreto, el Consistorio santjoaner a instalado un total de 30 nidos artificiales en varios edificios públicos de la localidad, como el Ayuntamiento, el colegio Lo Romero o la azotea del Centro Cultural para facilitar la cría de estos pájaros y evitar que emigren a otras zonas.
El avión común es un ave migratoria de la familia de las golondrinas que viaja miles de kilómetros para anidar y tener sus crías en áreas donde abundan los insectos voladores. Debido a que pueden comer casi 1.000 insectos al día, la protección de estos pájaros contribuye a que se pueda llevar a cabo un mayor control de las plagas de mosquitos.
Con esta iniciativa, la Concejalía de Medio Ambiente ha reanudado la campaña que el año pasado inició con la instalación de más de una docena de zonas de barro en distintos puntos en los que suelen anidar estas aves también conocidas como «oroneta cuablanca». Una áreas en las que se ha instalado riego por goteo para que siempre estén húmedas, ya que el avión común utiliza este material para construir sus nidos. Estas zonas de fango se reparten por Rajoletes, Lo Romero, Belucha, los juzgados, el parque Lo Pagán y bajo la pasarela de la Miguel Hernández.
Por otra parte, desde Medio Ambiente también van a poner en marcha una campaña para informar a los vecinos de que los nidos están protegidos y que no se pueden destruir. Asimismo, se llevarán a cabo charlas en los colegios e institutos de Sant Joan para que los niños y jóvenes conozcan las peculiaridades del avión común y conozcan la necesidad de preservar la biodiversidad existente en la localidad.
Sergio Agueitos, edil del área, aseguró que la educación es una herramienta fundamental para respetar el entorno y que «para proteger hay que conocer». «Debemos ir más allá de políticas de mera protección de especies amenazadas y mantener las unidades biológicas presentes en nuestra zona, porque apostar por la biodiversidad es apostar por una mejora de la calidad de vida», añadió.
