San Vicente del Raspeig San Vicente del Raspeigvolvió a vibrar ayer con la Entrada Mora, uno de los actos más esperados por las diez comparsas que forman parte del bando de la media luna. Miles de vecinos y visitantes abarrotaron la calle Alicante y la avenida Ancha de Castelar para disfrutar del espectáculo y de la majestuosidad de las huestes, que desplegaron todas sus armas en un desfile que comenzó pasadas las 18.00 horas y que tuvo un ritmo más lento que el de la Entrada Cristiana del pasado sábado.

La expectación por ver a los Moros Nuevos era máxima y la comparsa que este año ostenta la capitanía mora no defraudó. Con un boato extenso, organizado y muy trabajado, los Moros Nuevos hicieron un recorrido por la ruta de la seda. Desde las tierras de Samarkanda partió Tamerlán, emperador de los timuridas, hacia San Vicente del Raspeig dispuesto a descubrir los encantos del municipio de los que había escuchado hablar al Rey Enrique III de Castilla. Una historia en la que no faltaron, bailes exóticos, grandes timbales, zancudos vestidos de pájaro, aves rapaces y un gran recipiente que contenía el «perfume de la abanderada». El Capitán Moro, Vicente Ortega, y su homólogo infantil, Gonzalo Pascual, realizaron el recorrido sobre una gran carroza. Al igual que la abanderada Inmaculada Llopis y la niña Carmen Martínez.

La Entrada Mora continuó con el desfile de los Pacos, Tuareg, Marrocs, Almorávides, Benimerines, Negros Filà Caballo Loco, Negros Zulúes y Moros Viejos. Y los encargados de cerrar el pasacalles fueron los Abbasires, que desfilaron arropando a su alférez Javier Martínez con un boato en el que destacó la originalidad del vestuario de los bailarines, la presencia de cinco caballos y la utilización de grandes antorchas.

El municipio seguirá hoy celebrando sus fiestas patronales en honor a San Vicente Ferrer con la ofrenda de flores que partirá de la calle Alicante. Asimismo, a las 19.00 horas tendrá lugar la procesión en honor al Patrón.