La iglesia de San Vicente del Raspeig acogió ayer la tradicional Bajada del Santo que, para muchos, supone el arranque de las fiestas de Moros y Cristianos. Cientos de personas asistieron al acto de colocación de la imagen de San Vicente Ferrer en su carroza. Previamente, los operarios retiraron la mano al santo y se la entregaron a la Reina de las Fiestas y de la Primavera para iniciar el besamanos.