Si de algo puede presumir Mutxamel es de contar con un gran patrimonio hídrico en su término municipal. Un patrimonio que el Ayuntamiento quiere poner en valor al ser una de las joyas que resume la historia de la huerta de la localidad y que ha marcado la vida y las costumbres de sus habitantes. Un patrimonio que ayer fue el protagonista de una jornada organizada por el Ayuntamiento y el campus de Alcoy de la Universitat Politècnica de València (UPV), a través del Aula Riu Sec, creada el pasado año, en la que se analizó el ámbito del río Seco, su desarrollo y sus perspectivas turísticas.

El auditorio del Centro Social de Mutxamel fue el escenario de una serie de ponencias a cargo de expertos de la provincia que quisieron resaltar las cualidades del sistema tradicional de riego de la huerta mutxamelera. La mesa redonda, que estuvo moderada por el redactor de INFORMACIÓN Jose Antonio Rico, contó con la participación de Armando Alberola, catedrático de Historia Medieval, Historia Moderna y Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Alicante; Santiago Varela, doctor en Arquitecto y académico de la Real Academia de las Bellas Artes de San Carlos; Màrius Bevià, Arquitecto especialista en patrimonio cultural; Assumpció Brotons, bibliotecaria, archivera y cronista municipal del Ayuntamiento de Mutxamel; y Francisco Macià, arquitecto técnico del Ayuntamiento de Mutxamel.

Los ponentes coincidieron en la importancia que para el municipio tienen los elementos que conforman el sistema hidráulico. Y es que, la ciudad fue creciendo en torno a dichas instalaciones entre las que se encuentran el pantano de Tibi y los azudes de El Campello, Mutxamel y Sant Joan. Instalaciones que en algunos casos se han ido rehabilitando y reformando para luchar contra el paso del tiempo y asegurar su integridad arquitectónica, debido a que algunas se remontan al siglo XIII. Tal y como expuso Màrius Bevià, las actuaciones para conservar el patrimonio hídrico comenzaron en 1996 con la restauración de la Caseta del Gualeró, en el azud de Sant Joan. «Si no se hubiera actuado a tiempo, hoy estaría completamente en ruinas», manifestó el arquitecto.

A día de hoy, las intervenciones para preservar las instalaciones continúan con la realización de talleres de empleo como el que tuvo lugar el año pasado y que sirvió para hacer que el azud de Mutxamel recuperara todo su esplendor. Este año, los trabajos de recuperación prosiguen con el objetivo principal de adecuar los senderos que conectan los tres azudes.

Los expertos también coincidieron en la necesidad de que las instituciones se impliquen en la conservación de los elementos del sistema de riego para los que el Ayuntamiento ha solicitado al Consell, en dos ocasiones, la declaración como Bien de Interés Cultural: «Hace falta un plan director y que la Conselleria aporte financiación y asuma su papel. Hemos de salvaguardar aquello que es propio, porque nadie lo va a hacer por nosotros», manifestó Armando Alberola.

La jornada, todo un éxito de participación con más de un centenar de inscritos y la asistencia de concejales de localidades vecinas, se cerró con una visita guiada a los azudes de Mutxamel y Sant Joan.