El cuarto miércoles de Cuaresma tiene a sus protagonistas indiscutibles en las localidades de Mutxamel y Agost. Año tras año, «El Vell i la Vella» hacen su aparición en estos dos municipios para anunciar la llegada de la Semana Santa. Unos simpáticos personajes que cuentan con multitud de años de historia y que se han convertido en una tradición legendaria y muy querida por todos los vecinos.

«El Vell i la Vella»de Mutxamel descansan desde ayer frente a la casa de «el saboner i el castanyo», situada en el número 34 de la La Acequia. Durante el día de ayer, multitud de residentes de la localidad se acercaron hasta dicho vial para saludar y fotografiarse junto a estos tradicionales muñecos que, durante las tres semanas que restan para la finalización de la Cuaresma, recordarán a los mutxameleros que hay que desprenderse de los pecados y prepararse para la Pascua.

Los viejecitos Vicente «El Saboner» y su madre, «La Castanya» visitan Mutxamel desde hace más de una década, ya que el Ayuntamiento quiso recuperar esta tradición en la que los vecinos sacaban a las puertas de sus casas estos ancianos muñecos de paja.

Esta costumbre continúa llevándose a cabo en la localidad de Agost desde «tiempo inmemoriales», tal y como señaló, Paco Lozano, concejal de Cultura. Durante esta festividad local, los agostenses instalan en la puerta de sus casas los muñecos conocidos como «Velles», que representan escenas y costumbres del municipio. Una actividad que también se realiza en los colegios.

Los personajes están ataviados con trajes tradicionales y simbolizan profesiones de Agost con décadas de solera, como por ejemplo, el oficio de alfarero o de labrador. Asimismo, las escenas se acompañan de carteles explicativos que contienen críticas sociales en clave de humor.

Sin embargo, en Agost les «Velles» se retiran el mismo día de su instalación una vez que el jurado visita todas las creaciones.